domingo, 30 de marzo de 2008

10 pensamientos para la reflexión....

Me gustaría compartir con los lectores algunos pensamientos e ideas de autores, intelectuales y personajes conocidos que, a mi modo de ver, tienen una gran sabiduría práctica. No se guíe solo por la autoridad intelectual o fama del autor, sino por el contenido y profundidad de su frase, y las reflexiones que ella le inspiran:

"Existen dos formas de ser engañado. Una es creer lo que no es verdad; la otra es negarse a creer lo que es verdad" ( Søren Kierkegaard)

"Lo verdadero puede a veces no ser verosímil" (Nicolas Boileau-Despréaux)

"Dejemos a los envidiosos la tarea de proferir injurias y a los necios la de contestarlas." (Emmanuel Dupaty)

"Triste época la nuestra; es mucho más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio." (Albert Einstein)

"La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes en la prosperidad y abyectos y humildes en la adversidad." (Maquiavelo)

"La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia" (Sócrates)

"El tipo más noble de hombre tiene una mente amplia y sin prejuicios. El hombre inferior es prejuiciado y carece de una mente amplia" (Confucio)

"El insulto deshonra a quien lo infiere, no a quien lo recibe" (Diógenes de Sínope)

"La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren" (Arthur Schopenhauer)

"Nunca es igual saber la verdad por uno mismo que tener que escucharla por otro" (Aldous Huxley)

Victor Zammit y la evidencia de la "vida después de la muerte"

Victor Zammit es un abogado retirado de Australia quien ha dedicado gran parte de su vida al estudio de la "vida después de la muerte" o "postvida" (en inglés, "afterlife")", es decir, de la supervivencia de la consciencia (o espíritu) después de la muerte física.

Él tiene una página web dedicada a ese tema, y también ha escrito un libro donde recopila la investigación que diversos científicos han realizado sobre ese asunto. Ese libro, que está traducido en varios idiomas, incluyendo el español, se puede leer gratuitamente desde su página web.

Paso a resumir las impresiones que ese libro me ha producido:

1)Me sorprendió el hecho de que diversos científicos se hayan sentido interesado por ese tema y que hayan decidido investigarlo directamente. Hasta el momento de leer dicho libro, siempre pensé que la creencia de la vida después de la muerte (o postvida) era algo limitado solamente al mundo religioso o filosófico.

2)Pero más sorprendente todavía es el hecho de que muchos de estos científicos terminaron convencidos de que la postvida es real, después de haber efectuado la investigación correspondiente a su propia satisfacción.

Esto incluye a científicos como William Crookes, quien dedicó gran parte de su carrera a indagar en este asunto con algunos médiums, especialmente con una conocida como Florence Cook. Crookes publicó sus experimentos y conclusiones en un libro llamado "Researches into The Phenomena of Moderm Spiritualism" que puede leerse en inglés desde esta página.

Otro ejemplo es el caso de Sir Oliver Lodge, un prestigioso físico, quien investigó también el tema de la postvida concluyendo que dicho fenómeno es real, como lo revela este artículo en inglés. También Lodge publicó sus conclusiones en varios libros, que pueden leerse aquí.

Otro caso curioso es el del investigador Richard Hodgson, quien había desenmascarado varios fraudes mediúmnicos, y quien tuvo ocasión de investigar por varias décadas y de forma directa y personal a la médium "Leonore Piper", llegando a convencerse y a aceptar como genuinas las facultades como "médium" de esta última.

3)Mi percepción sobre este tema es que hay aspectos "interesantes" que ameritan una mayor investigación. Sin embargo, personalmente no estoy todavía convencida de que exista tal cosa como la "postvida". La neurociencia actual trabaja sobre el presupuesto ontológico de que la mente es producto y función del cerebro; y si partimos de este presupuesto, la postvida no sería posible. Pero esto último lo acepto no como un artículo de fe, un dogma o una ideología inamovible; sino como una tesis provisional bastante probable.

Sin embargo, de comprobarse de alguna manera la tesis de la "postvida", se rebatiría el presupuesto materialista básico de la neurociencia; y ya la mente no sería producto del cerebro sino que sería transmitida por él; tesis esta sustentada por el conocido psicólogo y filósofo William James en su extenso artículo "Human Inmortality". Esta tesis metafísica sería compatible tanto con la evidencia de la neurociencia como con la evidencia de la postvida, si es que esta existe. Esta tesis, al ser metafísica y no científica, no es en sí misma "falsable" (en el sentido popperiano) usando métodos científico-experimentales. En otras palabras, no sería una hipótesis científica sometida a corroboración o refutación, sino una tesis filosófica-metafísica, no materialista, no falsable, extraída como inferencia a partir del conjunto de la evidencia y que es capaz de dar cuenta de ella como parte de una cosmovisión filosófica integral.

Es importante destacar el hecho de que un científico, en cuanto tal, no es necesariamente la persona más competente para evaluar a los médiums, ya que éstos en muchos casos hacen uso de trucos y técnicas de ilusionismo. Por tanto, sería muy útil contar con la ayuda de un mago para que asesore en el diseño experimental (nunca está de más asumir controles cada vez más rigurosos; algunos incluso han propuestos diseños experimentales usando un protocolo triple ciego).

De hecho, muchos magos se han involucrado en tales investigaciones, y algunos de estos magos e ilusionistas (contrariamente al mito pseudo-escéptico) han aceptado la existencia de tales fenómenos después de investigarlos personalmente (como es previsible, los pseudo-escépticos solo citan como creíbles y válidos los testimonios o tests de los magos que niegan estos fenómenos, o los casos obviamente fraudulentos desenmascarados por ilusionistas; pero no dicen nada sobre los magos que se han convencido de que tales fenómenos son reales y no han descubierto fraude alguno... Para el pseudo-escéptico, solo valen como ciertos y dignos de crédito los casos que refutan lo paranormal, estos casos son aceptados con absoluta credulidad, a pies juntillas, sin crítica ni cuestionamiento alguno; pero el resto de casos se consideran inexistentes... o se minimizan, tergiversan o se descalifican como "superstición", "errores de observación", "pseudociencia" o "magufadas"; o se le despacha con la tajante afirmación "eso no prueba nada", todo ello adornado con insultos, ironías o especulaciones gratuitas sobre las personas involucradas.)

Otros magos, como el inefable James Randi, consideran que todos (sin excepción) los médiums y psíquicos son unos fraudes, unos farsantes, unos sujetos que se autoengañan, o simplemente unos individuos que "quieren creer". Obviamente Randi incluye en este grupo únicamente a los que "quieren y necesitan creer" que tales fenómenos son ciertos; y no a los individuos que "quieren y necesitan creer" que estos fenómenos son siempre falsos, fraudulentos o productos de la ingenuidad... éstos últimos individuos son modestamente considerados como los únicos "racionales" o "escépticos"; cuando en realidad, son creyentes en la imposibilidad y, por tanto, en la inexistencia de tales fenómenos, debido a que son incompatibles con la filosofía materialista (la cual, en su versión más radical, reduccionista y dogmática, es la base ideológica del pseudo-escepticismo y el fundamento real de su elitismo, intolerancia, fanatismo y agresividad verbal característica.). Si esta creencia materialista es correcta o no, es otra cuestión... y es precisamente parte de lo que se discute.

Solo me resta sugerirle a los lectores que exploren las anteriores referencias y otras que sean relevantes para este tema, y reflexionen sobre ellas. Si están interesados, busquen más información complementaria de las señaladas en este blog, exploren ambos lados de la controversia, y en base a ello, se forme su propio criterio. Esto último es, desde un punto de vista zetético, lo más importante: el ser capaz de pensar por sí mismo y llegar a sus propias e independientes conclusiones.


lunes, 24 de marzo de 2008

Richard Dawkins y "El espejismo de Dios"... ¿o el espejismo de nuestros prejuicios? Unos comentarios a propósito de este libro.

Hace poco leí el controversial libro de Richard Dawkins "el espejismo de Dios", en el cuál el autor trata de demostrar la improbabilidad de la existencia de Dios, realizando una crítica a las creencias religiosas más conocidas e influyentes en la actualidad, especialmente a cierta versión del cristianinismo.

La impresión sobre dicha obra y sobre Dawkins la resumo en los siguientes puntos:

1)Dawkins es un buen divulgador científico, especialmente en temas de biología neo-darwinista.

2)Pero después de leer el libro mencionado, pienso que Dawkins pone de manifiesto serias carencias e insuficiencias en su conocimiento de filosofía y de religión. Al parecer, Dawkins contempla el mundo únicamente desde el prisma positivista (visión ésta ya superada en filosofía desde hace algún tiempo), y trata de reducir y resolver controversias filosófico-religiosas usando como única arma a la ciencia (natural), lo que parece sugerir una cierta incapacidad teórica para distinguir categorías disciplinarias y ámbitos de estudio diferentes al científico (una distinción que tienen casi siempre presente los filósofos entrenados cuando extraen inferencias filosóficas a partir de la ciencia).

3)Aunque Dawkins se propone convertir a los creyentes religiosos al ateísmo, pienso que es improbable que esto ocurra. Sus argumentos solo serán convincentes para personas que ya sean ateas convencidas, y que no se tomen la molestia de leer también una visión diferente a la de Dawkins. (Una persona interesada honestamente en la verdad objetiva, y no solo en reafirmar sus prejuicios o ideologías, estudiará también ambos lados de la controversia con el mismo rigor y honestidad, lo que incluye el análisis de las críticas al ateísmo, y las críticas contra el propio Dawkins)

4)Dawkins no examina otras versiones del teísmo contemporáneo, sino que se ataca versiones que, si bien son influyentes en ciertos sectores sociales, ya han sido superadas por buena parte de los estudiosos de la religión. Esto está bien explicado en el artículo de Javier Monserrat, "el espejismo de Dawkins"

5)Dawkins basa algunas de sus argumentaciones en el darwinismo; el problema con ello es que esta misma teoría se encuentra actualmente bajo serio cuestionamiento científico (aunque no por la mayoría de la comunidad científica), y no solo por los creacionistas (cuya motivación no es científica sino religiosa) o por los defensores del diseño inteligente, sino también por biólogos naturalistas no creacionistas, como puede verse en este artículo de Máximo Sandín.

6)Aun si el darwinismo fuera total y absolutamente correcto como teoría científica, es dudoso (o al menos altamente discutible) que dicha teoría excluya o sea necesariamente incompatible con la religión, o con algún tipo de creencia no religiosa en Dios, tal como se explica en este artículo, y como incluso ha sido reconocido por el filósofo ateo Michael Ruse, o explicado por el científico creyente en Dios, Francis Collins.

7)Personalmente, estimo que el ateísmo, el agnosticismo y el teísmo (religoso o no) son opciones válidas y respetables. Lo que sí considero censurable es que esas posiciones se absoluticen y radicalicen hasta tal punto que se caiga en el fundamentalismo dogmático y en la creencia fanática de que todo el que piense diferente es un enemigo al que hay que exterminar, ridiculizar, minimizar, apabullar o liquidar de cualquier forma posible. Cuando se está muy convencido de la propia posición, cuando no se la valora con la misma lupa y objetividad con que se analizan las posiciones diferentes, cuando la capacidad intelectual es tan limitada y está tan cegada hasta el punto de impedir observar los propios prejuicios personales, es fácil caer en excesos, abusos y autoritarismos; y esto es aplicable no solo a los fanáticos religiosos, sino también a los fanáticos seculares. La diferencia es que estos últimos casi siempre invocan la "ciencia" para darle legitimidad y autoridad a su metafísica atea-materialista, y con ello imponer discursivamente su ideología como la única válida (estigmatizando cualquier otra posición como supersticiosa, pseudo-científica o irracional).

No digo esto porque Dawkins sea un fanático (aunque a decir verdad, algunas de sus actitudes apuntan a cierto dogmatismo autoritario, como se ha documentado aquí, y más recientemente aquí), sino como una reflexión general sobre la influencia de nuestros prejuicios y creencias en la forma en que vemos las cosas, y el dogmatismo y cerrazón mental que esto puede traer consigo.

Los que hayan leído el libro de Dawkins (o quieran leerlo), y estén interesados en ambos lados de la discusión (y no solo en el lado que consolida, refuerza y justifica sus propios prejuicios), recomiendo que dicho libro sea complementado con otros libros que presentan una visión diferente. En especial recomendaría:

1)¿Cómo habla dios? La evidencia científica de la fe, de Francis Collins.

2)¿Puede un darwinista ser cristiano?, de Michael Ruse.

3)The Irrational atheist, de Vox Day (que puede descargarse gratuitamente online en el link anterior)

Después de ver los argumentos a favor y en contra, y sopesarlos con honestidad y rigor, cada uno podrá llegar a conclusiones fundadas sobre el asunto y a una posición personal racionalmente basada (sin importar si estas conclusiones o posición apoyan al ateísmo, al agnosticismo o al teísmo...)


domingo, 16 de marzo de 2008

Torres Gemelas, 11-S y teorías de la conspiración.

Sobre el atentado terrorista del 11 de septiembre contra las torres gemelas, existen básicamente dos teorías de conspiración:

1)La teoría oficial de la conspiración, que señala como conspiradores a los miembros de Al-Qaeda.

2)Las teorías disidentes o alternativas de conspiración, que señalan como conspiradores a la Administración de Bush.

La teoría oficial de la conspiración ha sido defendida públicamente especialmente por los llamados "escépticos" (quienes nunca dudan de las teorías no ortodoxas o no oficiales, sino que las niegan y ridiculizan; pero se creen cualquier historia oficial u ortodoxa, a la que jamás critican ni cuestionan) Uno de los más conocidos y radicales apologistas de la teoría oficial de la conspiración es el "escéptico" Michael Shermer quien ha escrito varios artículos al respecto. Uno de los más conocidos es el artículo que escribió para Scientific American, donde defiende la tesis oficial en contra de las "teorías de la conspiración" (omitiendo que la tesis oficial también es una teoría de conspiración). Ahí se puede leer cómo Shermer defiende la teoría oficial sin el mayor atisbo de duda ni de autocrítica. Acepta ciegamente los argumentos a favor de tal historia, y no los cuestiona en ningún momento. Por ejemplo, algunos argumentos de Shermer se basan en el artículo crítico publicado en la revista Popular Mechanics donde se intenta refutar la versión disidente sobre el 11-S. Esto en sí mismo no tendría nada de censurable, si no fuera porque ese artículo de Popular Mechanics está lleno de errores y manipulaciones, documentados escrupulosamente en este artículo y en este otro.

Una refutación detallada del artículo de Shermer, sus omisiones, distorsiones, superficialidades y falacias, puede verse en este artículo, y también en este.

Obviamente, cuando Shermer habla de "teorías de conspiración" se refiere únicamente a las teorías no oficiales, con el fin de descalificarlas como productos de la imaginación de "conspiradores". Pero cuando la conspiración se encuentra en la tesis oficial, no se la critica ni cuestiona; por el contrario, se la defiende, reafirma y justifica por todos los medios imaginables. Puede parecer sorprendente que un "escéptico" actúe de esta forma, pero si el lector se toma el tiempo de investigar a estos individuos (ver los links a la derecha), sus orígenes y motivaciones, comprenderá las razones de esta sospechosa y constante conducta de aceptar crédulamente y defender a ultranza las historias oficiales y las teorías ortodoxas; y perseguir e hipercriticar "en el nombre de la ciencia" solo las teorías heterodoxas y hacerlo de forma casi obsesiva.

La persona interesada en profundizar en la historia oficial, puede visitar este enlace de wikipedia. Para una visión disidente, recomendaría esta página. Y también este video documental en español.

Lea ambas versiones, busque información adicional, cuestiónelas rigurosamente y fórmese su propia opinión. No deje que nadie piense por usted. Atrévase a pensar por sí mismo.

jueves, 13 de marzo de 2008

Libros que pueden cambiar su visión de la vida

Me gustaría compartir con los lectores algunos libros que han ayudado a replantearme muchas cosas sobre diversos aspectos del mundo. No significa que esté de acuerdo con todo lo escrito en estos libros, pero sí pienso que toda persona debería leerlos y meditar sobre su contenido. Quizás esto pueda cambiar positivamente su vida...


-Sobre ciencias y temas relacionados:

1)El origen de las especies, de Charles Darwin.

2)Filosofía Zoológica, de Jean Baptiste de Lamarck

3)Lamarck y los mensajeros, de Máximo Sandín.

4)La estructura de las revoluciones científicas, de Thomas Kuhn.

5)Historia del Tiempo, de Stephen Hawkins.

6)El Camino a la Realidad, de Roger Penrose.


-Sobre medicina y temas de salud:

1)Resumen de la Nueva Medicina Germánica, de Ryke Geerd Hamer.

2)El origen emocional de las enfermedades, de Christian Fleche.

3)La Lupa de la Nueva Medicina, de Fernando Callejón. Este libro puede descargarse aquí.

3)Curación cuántica, de Deepak Chopra.

4)Salud y Medicina Natural, de Andrew Weil.

5)La Mafia Médica, de Ghislaine Lanctôt

6)Némesis Médica, de Iván Ilich. Este libro puede leerse aquí.

Sobre filosofía, espiritualidad y crecimiento personal:

1)Una breve historia de todas las cosas, de Ken Wilber.

2)Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, de Dale Carnegie. La primera parte de este libro puede leerse aquí.

3)Seis sombreros para pensar, de Edward de Bono. Este libro puede descargarse gratuitamente, en su versión digital, en este enlace.

4)El Poder del Ahora, de Eckart Tolle. Este libro puede descargarse aquí.

5)La Universidad del éxito, de Og Mandino.

6)Mi visión del mundo, de Albert Einstein.

7)Conversaciones con Dios, de Neal Donald Walsh.

8)El Tao de la Física, de Frijot Capra.

9)El nuevo paradigma de la PNL, de Peter Young


Sobre literatura general:

1)Los miserables, de Victor Hugo.

2)Las aventuras de Sherlock Holmes, de Sir Arthir Conan Doyle

3)El proceso, Frank Kafka

4)La Ilíada, de Homero

Carta a Nereida: por Máximo Sandín

Hola Nere. Este comienzo parece uno más de los (incontables) mensajes que hemos intercambiado este curso sobre los omnipresentes virus o las obsesiones de los darwinistas con su dichoso egoísmo y su competencia, pero me parece que va a ser más largo y algo diferente de lo habitual, porque es una especie de mensaje de despedida. Te escribo para pedirte disculpas. Creo que os he metido (a ti y posiblemente a algunos colegas más) en un problema.

En tu último y, como siempre, inteligente mensaje me comentabas que habías leído un artículo sobre la malaria en el que “el biólogo de turno decía que el mosquito era un asesino listo y elegante (aquí censuro tu exabrupto porque resulta poco adecuado para una científica) ¡qué culpa tendrá la hembra de mosquito que pica en el culo (esto lo dejo por respetar la cita) a alguien! Luego, es gracioso, porque ponen verde al plasmodium, al mosquito... y sacan fotos de las condiciones en que viven las buenas gentes de allí, pero no mencionan nada de eso QUE ES LA CAUSA FUNDAMENTAL. Se ha roto el equilibrio, pero ¡bah! ¡qué más da eso!”

A esto me quería referir con vuestro problema: al “biólogo de turno”. ¿Dónde podrás trabajar? ¿Dónde te dejarán investigar si vas con estas ideas raras en la cabeza? Supongo que recordarás la cara de tonto que se me quedó cuando dije entusiasmado en clase que iba a participar en un curso para profesores de instituto en el que les iba a contar lo de la función de los virus en la evolución y uno de tus colegas listos (creo que fue Miguel) dijo: “si lo entienden y sus alumnos lo dicen en selectividad, les suspenderán”. Tuve que comenzar la clase diciendo: “Esto que os voy a enseñar son datos, pero no para que lo contéis en clase, sólo por si os interesa como científicos”. Les interesó, pero sobre todo, porque aproveché que hubo un problema con el ordenador y, mientras lo solucionaban leí unas cuantas frases de “El origen de las especies” y “El origen del hombre”. ¡Qué respingos daban en las sillas!

Aquí está el problema. La raíz del problema. Cómo nos han formado a los biólogos, Las historias que nos han contado (los cuentos de León Felipe). Darwin “descubrió” la evolución durante su viaje como naturalista del Beagle. Antes de él no se sabía nada de evolución (bueno, un francés un poco tonto que decía lo del cuello de la jirafa), por eso, todo lo que trate sobre evolución se basa en las ideas de Darwin, que fue quien “la descubrió”. Eso es lo que dicen los sabios en sus libros. También nos cuentan que el darwinismo social fue un invento de Herbert Spencer. Una “distorsión” de las ideas de Darwin, en quien se basó (mira la Wikipedia, que es lo primero que sale en internet cuando buscas cualquier tema científico y es “muy cuidadosa” con la ortodoxia). Y nos cuentan que, una vez, Darwin se apenó porque vio cómo pegaban a un negro. Pero las ideas científicas no se basan en anécdotas (en cuentos), sino en lo que el autor expresa en sus libros, meditados, revisados. Y en los libros de Darwin (¿te acuerdas de las caras de los colegas cuando los leía en clase?) queda muy claro en quién se basó para aplicar a la Naturaleza sus grandes descubrimientos: la selección natural, la lucha por la vida y la supervivencia del más apto (del “más adecuado”, para ser exactos). Y en “El origen del hombre” deja muy claro cual es su opinión “científica” sobre las mujeres, los negros (los “pueblos salvajes”, en general), los obreros y los pobres (lo que él llamaba “las clases entregadas a la destemplanza, el libertinaje y el crimen”), y cuál era la solución a los problemas sociales (será mejor no hablar aquí de la base científica de las ideas de Hitler, pero también quedan muy claras en su famoso libro. Es interesante leer libros ¿no crees? Incluso los malos).

Nos han contado muchos cuentos Nere. Y nos han ocultado muchas historias. Por eso no quieren que leamos directamente a su maestro y quieren que sólo leamos lo que ellos nos cuentan de él. Nos han ocultado, premeditadamente, los muchos estudios científicos, serios y rigurosos (y muy bien encaminados) que había antes “del advenimiento de la Verdad” (eso dicen). Nos han ocultado las muchas críticas inteligentes de científicos de su época, conocedores de la evolución, a la simplificación de algo que ya se sabía que era mucho más complejo. Nos han contado que la “Ley” de Hardy-Wemberg fue un “descubrimiento”, cuando lo que fue es, simplemente, una suposición (de un físico y un matemático) basada en unas premisas tremendamente simplistas que se sabían falsas desde el principio (pero claro, esa es la hipótesis nula ¡y tan nula!). Y ahora, que se han hecho descubrimientos que tiran por tierra (todavía más) las suposiciones en que se basa toda la base teórica de la Biología, y como consecuencia, todos los conceptos e interpretaciones derivados de ella (toda una visión de la naturaleza), los jerifaltes de la Biología se encrespan cuando a algún espíritu inocente se le ocurre decir que si la base es errónea, lo razonable es intentar elaborar otra basada en los nuevos datos. ¿No te parece una actitud que es mas propia de una secta (Margulis lo ha dicho) que de verdaderos científicos? Mira cómo comienza Ayala, uno de los “sumos sacerdotes” del darwinismo, un artículo publicado hace sólo unos meses en PNAS: “La gran contribución de Darwin a la ciencia es que completó la Revolución Copernicana al llevar a la biología la noción de la naturaleza como un sistema de materia en movimiento gobernada por leyes naturales”. Vamos, hasta que no llegó “Él”, todo era oscuridad.

Sí, parece un comportamiento de secta. Me recuerda lo que leí hace tiempo sobre los adventistas (no estoy seguro de si lo conté en clase). Los líderes anunciaban un día para el “advenimiento”, y los fieles se preparaban (creo que vestidos de blanco) ese día en el punto anunciado. Naturalmente, no se producía y los líderes decían que habían calculado mal el día. Algunos fieles se mosqueaban y se salían de la secta, pero los que quedaban seguían más fieles aún y, al parecer, el absurdo se produjo varias veces y siguieron aguantando. Igual que los Darwinistas. Impasibles ante los descubrimientos.

¿No crees que esta puede ser la explicación del “filón” que han encontrado con los creacionistas? En el fondo es un debate entre sectas, porque los científicos no discuten sobre creencias (qué patético Dawkins. No sé si lo hace porque está obsesionado con Dios, una obsesión muy anglosajona, o para evitar discutir sobre su “ADN egoísta”, ¡ja!, como tú dices, con científicos). Recuerda lo que os dije en clase. Cuando un científico dice que una cosa es tan difícil de explicar o es tan compleja que la ha tenido que hacer un ser sobrenatural, ya no es científico, es un creyente, que puede ser respetable (en unos casos más que en otros), pero eso no tiene nada que ver con la ciencia. Un científico tiene que llegar, honestamente, hasta donde le lleven los datos disponibles, y si llega un momento en que no puede explicar más, lo que tiene que hacer es decir que ha llegado hasta allí y ahora a esperar que nuevos datos (como siempre en ciencia) permitan encontrar más explicaciones. Lo que es absurdo es pretender explicar todo con elucubraciones simples e inventadas (sin base experimental), que es lo que hacen los de “la secta”. Y así les va con los creacionistas. Les pegan unos revolcones que los dejan temblando. Todos sabemos (al menos vosotros sabéis) de dónde viene la corriente creacionista (incluido el “Intelligent Design”) y quienes la subvencionan, y con qué motivos ideológicos (por cierto, Bush es un puro darwinista. Pero claro, esto tampoco lo entiende). Lo que no son es tontos. Han pescado aquí y allá (quiero decir, en Paleontología, en Bioquímica, en Genética, en Biología del desarrollo...) las enormes lagunas de las “explicaciones” darwinistas y las usan para sus intereses en los debates. Y a los darwinistas se les queda cara de pardillo, porque las explicaciones que dan a las lagunas son intragables y el pretender hacer creer que ya se sabe todo demuestra a cualquier persona medianamente razonable lo poco que saben en realidad.


Pero este debate es un “filón” para ellos. Una forma de defender su doctrina calificando de creacionistas o de defensores del ID a los científicos que quieren debatir con ellos sobre las “lagunas” de su teoría o las contradicciones de los datos reales con sus hipótesis inventadas. Y transmiten al público que son los defensores de “la ciencia”, mientras los que no somos creyentes somos sospechosos. Han conseguido crear una confusión de la que va a resultar muy difícil, si no imposible, sacar algo positivo científicamente. Por eso airean continuamente el debate con los creacionistas. Si miras cualquier “blog” de darwinistas, más de la mitad de los temas son debates sobre el creacionismo, en los que procuran adjudicar el “baldón” de creacionista a todo el que habla de la discontinuidad del registro fósil (“los creatas son saltacionistas”) o de la complejidad de los procesos biológicos (“los creatas se aferran a los sistemas complejos” “a las propiedades emergentes”). El resto es propaganda de “eslabones” encontrados (los de la ballena son muy divertidos) o de puro darwinismo social, aunque ellos no lo sepan. Pero, como dije en clase, a nosotros no nos debe importar el montaje creacionista, ni su supuesto efecto en la sociedad (al menos en la nuestra, que en el tema de la religión no se parece mucho a la del origen de esta “corriente”). En última instancia, los que les crean ya están predispuestos a creerlos. Es algo parecido a lo que pasa con otros “mentirosos compulsivos” de nuestro país: los que les creen están dispuestos a creer cualquier cosa que saquen de la chistera, por evidente que sea su falsedad o su absurdez. Lo que nos debe preocupar es el montaje darwinista, porque es el que dirige y controla la docencia y, sobre todo, la investigación y el que impone su visón “científica” de la vida y de la sociedad. La que ha llevado al Mundo a la situación actual.


¿Te acuerdas de las discusiones en clase sobre lo absurdo del mantenimiento del darwinismo a pesar de los datos tan contradictorios? A todos nos resultaba difícil de explicar que personas inteligentes y sin ninguna mala intención oculta (se supone) resultaran tan dogmáticos y tan agresivos ante cualquier cuestionamiento del darwinismo (desde hace algún tiempo, algunos habéis tenido problemas con algunos de vuestros profesores por este motivo ¿no Nere?). Concluimos (o casi) que posiblemente era un fenómeno de retroalimentación (¡qué repolludos son a veces los colegas!) en el que había muchos factores implicados, la inercia y falta de verdadero interés de unos, la subordinación de la ciencia a la cultura anglosajona, que no va a permitir que se derrumben sus mitos y menos si es una teoría que reproduce fielmente sus más arraigados principios culturales... incluso se emitieron hipótesis que se pueden calificar de “neurobiológicas recreativas”, como que, al igual que se producen fenómenos de “inteligencia colectiva” (¿recuerdas los impresionantes trabajos sobre biofilms bacterianos?) también se pueden producir de “estupidez colectiva” (creo que debería buscar un sinónimo que no sea tan ofensivo). Desde luego, no parece muy desencaminada si miramos, por ejemplo, a nuestra “sociedad de mercado” (como dice El Roto, “Los mercados pueden estar tranquilos, el sistema seguirá yendo en la dirección equivocada”). También salió a relucir (¡mis manías de leer en clase al “Genio”!) la posibilidad de un fenómeno de “contagio mental”. Si el maestro reconoce en su autobiografía que Mi capacidad para seguir una argumentación prolongada y puramente abstracta es muy limitada y por eso nunca hubiese triunfado en metafísica ni en matemáticas. Cabría la posibilidad de que esta limitación se pudiera contagiar a sus discípulos que le consideran “la más alta cumbre del pensamiento humano”. Y esto explicaría argumentaciones como las de la polilla del abedul “mueren las blancas, quedan las negras, esto es la selección natural. “Con el tiempo” se produce la evolución”. Esta no parece tan científica como la anterior, pero habría que estudiarlo... ¿No crees?


Lo que sí alcanzó un amplio consenso fue la existencia de fuertes intereses económicos (y eso tú lo tienes muy claro) detrás del mantenimiento de la visión, digamos “convencional”, es decir, la de muchos científicos que no se plantean si son o no darwinistas, que no son “expertos” en evolución (ni les interesa, muchas veces), pero que, por su formación, parecen tener incrustado en su cerebro la visión competitiva, reduccionista, aleatoria del darwinismo.... y de todo lo que hay tras él. No voy a reproducir aquí tus comentarios sobre la noticia de la investigación (“Gen P53, asesino y policía”) que has leído mientras te escribía, porque pretendo publicar esta carta en un sitio dirigido por personas con una exquisita educación, pero sí alguna frase suelta: “Deben de sentirse muy listos al buscar una cura contra el cáncer y encontrar cómo alargar nuestras vidas. Dos pájaros de un tiro... ¡cretinos!” “¡Qué manía de humanizar a las moléculas!”. En el comentario del artículo se menciona que “P53 se ha convertido en una de las más perseguidas dianas de los laboratorios farmacéuticos”. Sí Nere, éste es el gran problema. Se persiguen las “patentes” de “un gen” que pueda resultar un gran negocio. Por eso se patentan simplezas (luego te recordaré otra “patente”), porque la complejidad no se puede patentar. Y como tú sabes, un gen, aunque sea un “supergén”, es sólo un componente más de un sistema muy complejo, que en el caso de la mayoría de los “genes del cáncer”, controla el desarrollo embrionario, y está sometido a una ajustadísima regulación en la que intervienen multitud de proteínas y de ácidos nucleicos (mRNAs) y que una mutación no es “un error ocasional” sino una alteración (una desorganización) producida por algo (no es “al azar”) que suele ser algún tipo de agresión ambiental y por eso un “gen” puede ser “asesino o policía”. No es interrumpiendo procesos biológicos como se va a curar el cáncer. Primero habría que comprenderlo, y como dijo el sabio, “No se puede esperar que alguien comprenda algo cuando su sueldo depende de que no lo comprenda”: Pero estas son las noticias científicas que se airean en la prensa como candidatas al Nóbel, como el concedido a los descubridores de que la úlcera de estómago no es producida por el ambiente, sino por una “infección” (ya sabes, una Helycobacter malignizada por las agresiones ambientales). Igual que la locura del SIDA. Los pobres africanos acusados por los científicos de causantes del problema por comer monos. Y Koprowsky, que lo originó por fabricar vacunas empleando riñones de chimpancé y macaco con sus virus endógenos de la inmunodepresión correspondientes, famoso y, seguramente, millonario. Pero lo importante son las patentes de los medicamentos que usan contra el SIDA. Y ya ves la guerra de las patentes ¡qué vergüenza! Y hablando de patentes, ¿qué te parece la idea de Craig Venter de patentar “los genes mínimos para la vida”? Lo que ha patentado son los 385 “genes” con los que puede vivir Micoplasma genitalium, a la que han ido quitando genes y la pobre ha ido aguantando (ya sabes hasta dónde pueden aguantar las increíbles bacterias). Pero es una gran estrella mediática. ¡Ha dado el primer paso para “crear vida artificial”! Ha empalmado secuencias de ADN sintético (mejor dicho, las han empalmado unas bacterias y un hongo) y ¡ya está! Ahora sólo falta que “cree” los orgánulos celulares, los miles de proteínas, los ARNs, la membrana celular y les “dote” de organización. Menudencias. Pero en los medios de comunicación le dedican grandes calificativos, entre otros de “gran científico”. Pero tú y yo sabemos qué clase de “científico” y qué clase de persona es Venter.

Sí Nere. Parece increíble que a estas alturas del Siglo XXI y con los increíbles conocimientos que existen, con el enorme prestigio social que tiene la Ciencia haya esta enorme confusión. Se confunde tecnología con ciencia, se confunden las chapuzas precipitadas y los “negocietes” con “investigaciones al servicio de la Humanidad”. ¿De qué Humanidad? ¿De la que pueda pagar? Porque este es el problema Nere, el dinero. El sistema económico demencial que dirige todo y que nos ha dejado en manos de especuladores sin escrúpulos que hacen negocio con todo, incluida la salud de la gente. Y como la investigación científica tiene que estar financiada por empresas con ánimo de lucro, las investigaciones han de tener “rendimiento económico” y por eso, cuando se hace un gran descubrimiento (como sabes, los ha habido impresionantes), en lugar de pensar sobre su significado en relación con los procesos de la vida o sus contradicciones con lo que se daba por sabido (y de estos ha habido muchos) se plantea rápidamente, sin pararse a reflexionar, que “esto va a tener grandes aplicaciones en terapia génica o ingeniería genética” (como tú dices, ¡ja!). No se trata de entender, se trata de rentabilizar.

Supongo que también recordarás (estoy seguro de que sí) una clase en la que acabé emocionado (casi lloroso, cosas de viejos). Se organizó un debate de una forma espontánea sobre “la nueva Biología” en el que cada vez participaba más gente (incluso algunos tímidos ocultos) y las ideas bullían. Salió a relucir la termodinámica, la teoría de la información, los sistemas complejos, naturalmente los virus, la coevolución.... ¡Qué gente más lista! Cada día tengo más claro que los que entráis en el tema ya veníais “espabilados” y, desde luego, de algunos campos sabéis mucho más que yo. Juan, Almudena, Alberto, María, David, Eduardo, Miguel, Sara... tú (como no) incluso alguno pasado de revoluciones, como Willy (qué lince es el tío). Acabé diciendo con aire melodramático: “¡Esto es la Universidad!”. Pues nos la van a quitar. Ya sabes, nos la van a servir “a la boloñesa”. Europa tiene que ser “competitiva” (¿te suena la palabra?), y para eso van a fabricar “Masters” (se acabaron los científicos), “especialistas adecuados a las necesidades del mercado”. La Universidad se va a convertir en una especie de academia en la que se enseñará como si ya se supiera todo (¡precisamente!) y lo que va a producir son “expertos en un tema muy concreto y aplicado a la productividad”. Ya sabes, la Ciencia es una potente herramienta para el “desarrollo” y “la competitividad”.

Por esto es por lo que he comenzado pidiéndoos disculpas. Muchos sois tan brillantes que, de algún modo, antes o después, cabría esperar que acabaseis investigando. Pero ¿dónde, con vuestras extrañas ideas de que hay que rehacer la Biología desde la base? (Por cierto, cómo se cabrean los inquisidores con esta frase). ¿En algún laboratorio que busca patentes? ¿En un departamento financiado por empresas? ¿Bajo la dirección de quién? ¿De algún “pope” del darwinismo? Supongo que si sois capaces de disimular lo que pensáis de verdad es posible que encontréis trabajo, pero ¿haciendo qué? Esto no va a cambiar Nere. Si se tratase de un problema estrictamente científico sería lógico que hubiera un cambio radical en la interpretación, en la comprensión de los fenómenos biológicos, porque ya es evidente que la visión de la competencia, el azar, el egoísmo, el individualismo y el reduccionismo no se sostiene. Pero ya has visto que no se trata de un problema científico, sino de dinero y de poder, y los que lo han acaparado no lo van a soltar hasta que llegue la “traca final” (ya sabes, la provocada por ellos).

Por eso, cada fin de curso, me quedo con una sensación contradictoria. He disfrutado (y he aprendido) mucho con “mi gente”, pero ahora ¿dónde se sentirán bien trabajando? (Bueno, uno sé que se siente bien: se ha hecho ganadero). Este año me preocupas especialmente tú, porque eres muy sincera y muy temperamental (como tú dices, “¡tengo muy mala leche!”). Por eso, no sé qué decirte además de pedirte disculpas. Yo seguiré con mi “matraca” mientras aguante el cuerpo. ¿Qué otra cosa puedo hacer a estas alturas? Pero vosotros sois muy jóvenes para permitir que os amarguen la vida, así que ¡a vivir Nereida! Monta en tu caballo de mar y lánzate al océano, porque como tú sabes, a pesar de ser bióloga, la vida es muy bonita.
Un beso.
M.

Manifiesto por una biología del siglo XXI


Los abajo firmantes, alumnos y ex–alumnos del Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid, nos dirigimos a la comunidad científica y a la sociedad en general para llamar la atención sobre un problema que puede llegar a tener graves repercusiones en nuestra sociedad. Existe, en la actualidad, una gran confusión en los fundamentos teóricos en que se basan las investigaciones biológicas y, como consecuencia, sus objetivos y aplicaciones, por lo que estas pueden llegar a ser peligrosas para la Naturaleza y para el ser humano.


Los descubrimientos recientes sobre la naturaleza y la complejidad de la información genética y de otros fenómenos biológicos, especialmente los relacionados con las actividades de bacterias y virus, resultan absolutamente contradictorios con las suposiciones sobre las que se sustentaba la base teórica de la Biología elaborada a principios del siglo pasado. Sin embargo, tanto la docencia como la investigación parecen seguir ancladas en las antiguas interpretaciones.

La explicación más inmediata de esta situación está en la especialización y falta de integración entre distintas disciplinas. Como consecuencia, desde el punto de vista de la docencia, se continúa la formación de nuevas promociones con criterios desfasados. Pero es aún más grave la repercusión en la investigación: se mantienen los planteamientos y los objetivos reduccionistas y, como consecuencia, las interpretaciones, que son absolutamente contradictorias con los nuevos datos. Esto supone una grave pérdida de tiempo en ciencia y un inútil despilfarro de inteligencias formadas y enfocadas con unas bases erróneas.

Queremos transmitir a la sociedad que el problema no se reduce a un debate científico. La vieja concepción competitiva y simplificadora de los fenómenos naturales ha llevado a graves problemas, como el avance de la resistencia bacteriana a los antibióticos debido a la consideración de la bacterias (que ahora sabemos que son extraordinariamente abundantes y fundamentales para el desarrollo de la vida) como agentes exclusivamente patógenos que había que eliminar. Los datos actuales nos han mostrado que los virus son todavía más abundantes, ubicuos y participativos en los procesos biológicos que las bacterias y que, al igual que éstas, su carácter patógeno responde a un desequilibrio de los fenómenos naturales. Por esto, las investigaciones orientadas sobre los viejos criterios reduccionistas y enfocadas con fines economicistas pueden constituir un grave peligro para la Naturaleza y para la Humanidad.
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Queremos resaltar especialmente la distorsión que introduce la investigación con intereses en un rendimiento económico inmediato en el verdadero objetivo de la Ciencia: la profundización de los conocimientos al servicio de la Humanidad. La financiación privada de investigaciones orientadas a la obtención de patentes destinadas a la comercialización conduce a la precipitación de sus aplicaciones y a nuevos peligros potenciales, dada la desconexión de estos planteamientos reduccionistas con la realidad de los fenómenos de reciente descubrimiento. Por otra parte, esta dinámica induce al despilfarro de tiempo, dinero e inteligencia en investigaciones con fines absolutamente absurdos e inviables, como la pretensión de “crear” organismos artificiales, alargar la vida o seleccionar individuos supuestamente libres de enfermedades genéticas y otras de un cariz semejante, naturalmente, destinadas para el que pudiera pagarlo.

Finalmente, queremos llamar la atención sobre un fenómeno que está contribuyendo a aumentar, especialmente en la sociedad, la confusión sobre el problema que estamos denunciando: El debate darwinismo-creacionismo, que los darwinistas parecen especialmente interesados en difundir. Creemos que es un debate inútil, porque los científicos no debaten sobre creencias, sino sobre datos empíricos, pero que contribuye al reforzamiento social de las viejas (e interesadas) concepciones para evitar el verdadero debate: el de una concepción científica del Siglo XIX frente a una Ciencia del Siglo XXI.
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Por todo ello, hacemos un llamamiento a la implicación de la sociedad en este problema y, muy especialmente, a la comunidad científica para poner fin a esta situación irracional en que se encuentra una ciencia cuyos conocimientos nos deben resultar fundamentales para hacer frente a los problemas que se avecinan, productos en gran parte de una concepción de la Naturaleza propia de épocas pasadas, y construir una Biología que nos conecte con la Naturaleza. Porque si la seguimos tratando como a una enemiga tenemos todas la de perder.

FIRMANTES ORIGINALES:

Borja Alarcón Estudiante de 5º Curso de Biología
Abel Barral Estudiante de 5º Curso de Biología
Juan Barrero Estudiante de 5º Curso de Biología
Maria Bautista Estudiante de 5º Curso de Biología
Sofia Carbajosa Estudiante de 5º Curso de Biología
Maria Domínguez Estudiante de 5º Curso de Biología
Eduardo García Estudiante de 5º Curso de Biología
Bárbara García-López Estudiante de 5º Curso de Biología
Daniel Heredia Estudiante de 5º Curso de Biología
Guillermo Herrán Estudiante de 5º Curso de Biología
Silvia Herrero Estudiante de 5º Curso de Biología
Miguel Iniesto Estudiante de 5º Curso de Biología
Sheila Jordan Estudiante de 5º Curso de Biología
Alberto Jorge Estudiante de 5º Curso de Biología
Marta Lapuente Estudiante de 5º Curso de Biología
Celia Martín Estudiante de 5º Curso de Biología
Nereida Melguizo Estudiante de 5º Curso de Biología
Francisco Navas Estudiante de 5º Curso de Biología
Marta Sanmillán Estudiante de 5º Curso de Biología
Arturo Sastre Estudiante de 5º Curso de Biología
Sara Villen Estudiante de 5º Curso de Biología
Almudena Zaragoza Estudiante de 5º Curso de Biología
Zulema Udaondo Estudiante de 5º Curso de Biología
Elisa Oteros Becaria de Tercer Ciclo UAM
Walter Cantero Becario Tercer Ciclo UAM
María Losada Personal investigador en formación (PIF) UAM
Máximo Sandín Profesor Depto. Biología
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LISTA ABIERTA DE FIRMANTES
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Jon Ortega Doctorando UM
Ana Isabel del Cueto Ginzo Doctorando INIA
Enrique Moreno Díaz. Licenciado Biología (UAM)
Djordje Bajic, Serbia, 4º curso de bioquímica