lunes, 7 de julio de 2008

Psicología del fundamentalista: rasgos que nos ayudarán a reconocer el fundamentalismo

Siguiendo con la serie de artículos sobre la psicología de las creencias, en este post reflexionaré un poco sobre los fundamentalistas, y su psicología (personalidad, actitudes y creencias). Me he basado para ello en la lectura de algunos documentos escritos por fundamentalistas, pero sobre todo en mi interacción con algunos de ellos, y en una observación atenta de su conducta y personalidad. Animo a otros lectores a que realicen la misma observación, y vean si ello confirma o no lo expresado aquí por mí.

Para los fines específicos de este post, entenderé por fundamentalista a una persona que profesa con, total y absoluta convicción, un sistema de creencias o ideología determinada; y que además pretende imponerla a la mayor cantidad de personas posibles (o eliminar a los competidores). El contenido de esta ideología puede ser religioso, anti-religioso, político, social o de otra índole.

La importancia de conocer a un fundamentalista radica no solo en que nos ayuda a comprender más la naturaleza y psicología humana (en sus versiones más extremistas y radicales), sino los peligros que entraña para un sistema democrático y para la sociedad como un todo, el hecho de que algunos de estos individuos ocupen posiciones de poder (político, institucional, etc.).

Los rasgos más evidentes que pueden ser observados en una persona fundamentalista son los siguientes:

1)No tiene dudas sobre la validez su propia ideología, sino que está absolutamente convencido de su verdad.

2)De este pleno y radical convencimiento, se deriva una manifiesta y expresa intolerancia hacia las personas con ideas o ideologías contrarias u opuestas a la suya. (La habilidad para justificar y racionalizar esta intolerancia, depende del nivel intelectual y cultural del fundamentalista concreto. La validez o invalidez de estas razones deben ser evaluadas en sí mismas, pero ellas no son la causa de la intolerancia del fundamentalista, sino su efecto y justificación)

3)Presenta su ideología en una forma excluyente, en el sentido de hacer ver que es inadmisible (y "no debe permitirse") la co-existencia de otras formas de pensamiento que contradigan su visión. Y, como es de esperar, es él quien fija los criterios sobre lo tolerable y lo no tolerable (en este último grupo, y como era de prever, siempre incluye las ideologías contrarias a la suya)

4)El fundamentalista no se reconoce como tal; y se ofende se le demuestras su fundamentalismo. (Pero es rápido en calificar a los demás de extremistas o radicales). Esta carencia manifiesta de autocrítica es una de sus más consistentes características.

5)Como el fundamentalista está totalmente convencido de que su visión es la única correcta, dedica buena parte de su tiempo a demostrar que las demás visiones son falsas, irracionales, peligrosas, dañinas, inmorales, censurables, etc. Debido a la base emocional de esta postura, es frecuente que el fundamentalista también recurra a agresiones verbales (injurias, difamaciones, daños a la reputación ajena, etc.) o físicas (golpes, daños a la propiedad ajena, atentados contra la vida, etc.).

El tipo de agresión depende del nivel de extremismo del fundamentalista, del contenido autoritario de su creencia, y también de la posición social que ocupa (a más poder, más daño potencial podrá consumar). Muchos fundamentalistas, debido a su mediocridad u otros factores, no pueden ejecutar grandes daños al no tener el poder suficiente para ello; pero aun así, su potencial destructivo y totalitario puede consumarse o cumplirse de adquirir algún tipo de poder sobre los demás.

6)Frecuentemente el fundamentalista presenta su posición como algo que beneficiará a los demás; pero el hecho de que descalifique, injurie, menosprecie e invalide a "los demás" muestra que su verdadero interés no es el bien del prójimo, sino el hecho de que su propia ideología sea la que impere.

Por eso, aunque haga alardes sobre las virtudes de la democracia, su posición es esencialmente anti-democrática en el sentido de que NO admite una pluralidad de visiones, valores o creencias. Esto los justifica señalado que la verdad (religiosa, científica, etc.) no es democrática; pero esta observación no viene a cuento: la democracia, como sistema político y valor cívico, no se refiere propiamente a la "verdad"; sino a la convivencia pacífica entre personas que profesan ideas, opiniones, criterios y valores diferentes y hasta opuestos (debido a la diversidad y pluralidad propia del ser humano); y a la posibilidad de que esas diferencias sean resueltas por métodos pacíficos (legales, electorales, etc.) donde la mayoría de la población determine la legitimidad del sistema. Por eso, en democracia, prevalece el criterio de la mayoría (no porque la mayoría siempre tenga razón, sino porque la opinión de la mayoría confiere más legitimidad y solidez al ejercicio del poder y al sistema como un todo)

7)El fundamentalista es la excepción, debido a que la mayoría de seres humanos no son fundamentalistas. Esto produce en el fundamentalista la ilusión elitista de que forma parte de un grupo selecto de individuos "extraordinarios", cuya misión consiste en predicar su ideología al resto del mundo (en lo que sería una forma análoga a la "evangelización") y en acabar con el mal (=ideologías opuestas)

Esto causa que el fundamentalista se una a otros sujetos tan radicales como él, formando una especie de "equipo predicador" para hacerle propaganda o apología a su visión. En algunos casos, forman grupos o asociaciones (constituida por muy pocos individuos, la mayoría muy radicales y persistentes en sus objetivos) que permiten organizar y articular esfuerzos para su causa común. (Este rasgo es común en otros individuos que no son fundamentalistas, como grupos de lectura o grupos que se forman por algún interés compartido)

Es frecuente que estos grupos tiendan a disolverse o a sufrir rupturas, cuando el "enemigo común" ha sido derrotado o superado; esto parece deberse a que lo que mantiene la cohesión del grupo fundamentalista es el ataque constante y sistemático a una o varias ideologías opuestas; y que al ser estas exterminadas o suprimidas, la razón de ser del grupo desaparece; y comienza a generarse crisis intestinas y luchas por el poder o el protagonismo.

8)El fundamentalista usa técnicas de chantaje emocional e intelectual para evitar la crítica y la disidencia dentro del grupo. Esto se realiza mediante frases o palabras estereotipadas cargadas de un significado que inducen fuertes emociones negativas; con ello se estigmatiza al potencial disidente y se le disuade de cualquier posición crítica hacia el grupo. (Estas frases pueden ser "castigo divino", "quemarse en el infierno", "ser irracional", "creer en pseudo-ciencias", ser "creyente", ser "burgués" y otras similares según el tipo de fundamentalismo de que se trate)

9)El fundamentalista tiene, con frecuencia, una creencia exagerada en su importancia personal. Esta creencia casi nunca se corresponde con sus méritos reales y comprobables; y dicha importancia existe solo en su imaginación. (En algunos casos, hay fundamentalistas brillantes y reputados; pero aun en estos sujetos, su creencia en su importancia personal excede a sus méritos específicos)

10)Tiende a ser dogmático y extremadamente soberbio e inmodesto. Esto es una clara consecuencia del convencimiento psicológico y seguro de que se está en posesión de la verdad.

11)Está convencido que las personas que piensan diferente de él (o ella) son farsantes, mentirosos, ignorantes y, en general, unos seres intelectual y moralmente inferiores. Y que por este motivo no pueden "ver la luz" (de la razón; de la ciencia, de la palabra de Dios; etc.). Esto también es usado para justificar el tratamiento "por la fuerza" contra los disidentes.

12)Tiende a ser fatalista, y a imaginar que casi "todo mal" se deriva de las creencias que el combate. (Por supuesto, no es capaz de ver los males causados por los creyentes en su propia ideología; y de verlos, los minimiza, relativiza o justifica)

13)Es inmune a la evidencia contraria. Cualquier hecho, contraejemplo o prueba contraria a su ideología es interpretada en una forma consistente con ella. Todo se usa como confirmación de esa ideología. Este es uno de sus rasgos más evidentes. En especial, hay una serie de trucos psicológicos que el fundamentalista usa para evitar se rebatido por evidencia contraria:

-Niega la veracidad del hecho (afirmando que no ocurrió, o que es imposible). Para afirmar esto, se vale de reglas, teoremas y principios derivados de su propia ideología. En especial, cita los argumentos de fuentes que comparten su visión (la Biblia, El Corán, los escritos de algún filósofo o pensador que él sigue, etc.).

No hay nada de malo en citar fuentes y los argumentos derivados de ellas; lo que parece incorrecto (y que es común a muchos fundamentalistas) es que él cita esos argumentos con un convencimiento total de su verdad; y con una absoluta confianza en la fuente citada. Es esto lo que degenera en actitudes dogmáticas e intolerantes.

-Niega la credibilidad de la fuente que refiere el hecho (descalificando su reputación, difamándola, etc.)

Cuando el fundamentalista encuentra un hecho que parece rebatir su visión, intentará desacreditar, difamar o descalificar a la fuente que comunicó, presenció o produjo el hecho.

-Niega o minimiza la interpretación de ese hecho cuando dicha interpretación es contraria a su ideología. Pero cree fácilmente en las interpretaciones de las fuentes que comparten su ideología. (Este doble estándar le permite siempre tener respuestas rápidas y concluyentes sobre cualquier controversia; lo único que tiene que hacer es citar la fuente que confirma su punto de vista; y usar dicha fuente como base de sus razonamientos, al mismo tiempo que minimiza las fuentes y datos que rebaten su posición)

-Estigmatiza y categoriza el hecho (o a la fuente) mediante "etiquetas" o "estereotipos prefabricasados" que están cargadas de connotaciones negativas, y que le permiten ignorar o descartar la importancia del hecho analizado (entre estas frases, se encuentran "idea neo-liberal", "creencia izquierdosa", "pseudociencia", "obra de Satanás", etc. Estas frases pueden ser usadas también por un no fundamentalista; pero cuando se presentan conjuntamente con los rasgos anteriores, son un buen indicador de que se tienen en frente a un sujeto extremista en su posición.)

14)No le interesa buscar la verdad objetiva, porque está convencido de haberla encontrado. Por eso, su mayor interés es predicar su idea, y sobre todo, convencer a los demás (o difamarlos, si se niegan a ser convencidos)

15)Algo que he observado directamente, y para lo que todavía no encuentro una explicación satisfactoria, es el hecho de que estos sujetos tienden a ser literales. Es decir, toman las frases al pie de la letra, sin distinguir en ellos matices o acepciones diferentes según el contexto.

En especial, no parecen distinguir metáforas, bromas o dobles sentidos.

Esto lo he visto en casi todos los casos que he conocido.

16)Tienden a carecer de sentido del humor.

Estas deficiencias sociales sumada a su ilusión elitista tiende a aislarlos y alienarlos del resto de la sociedad; eso a su vez refuerza su creencia de que la sociedad merece ser "educada" o "guiada" por ellos hacia fines que el fundamentalista considera que son los correctos.

Como es lógico, el simple sentido común de la mayoría de las personas (aun de las que carecen de conocimientos avanzados o académicos) basta y sobre para mantenerlos alejados y ver con recelo a estos individuos fundamentalistas. Una buena parte de la gente capta rápidamente (así sea de modo intuitivo) la obsesión y radicalidad de estos sujetos y tiende a mantenerlos a una distancia prudente. (En algunos casos, si el fundamentalista es muy hábil, puede pasar inadvertido o engañar a personas de buena fe)

17)Piensan en términos de dicotomías excluyentes o bifurcaciones absolutas, sin distinguir matices o puntos de encuentro o conciliación entre los extremos (ej: ciencia o religión; Dios o el infierno; estás conmigo o estás contra mí; o nosotros o ellos; ateísmo o fundamentalismo religioso; Dios o las riquezas materiales; socialismo o muerte; capitalismo o comunismo, etc.). De hecho, combaten activamente cualquier búsqueda de "conciliación", cualquier punto de encuentro, cualquier "diálogo" entre los extremos; y consideran todo esa búsqueda como una manifestación de "cobardía", "debilidad" y/o "ignorancia". Esta actitud parece poner en evidencia la creencia de que al enemigo no se le debe ceder un centímetro de terreno.

Pienso que esta es una de las características que hace bastante peligrosos a estos individuos. En la mayoría de los casos, y mientras permanezcan como un miembro más de la sociedad, no generan muchos problemas (excepto para las personas desafortunadas que los rodean, y que tienen que soportarlos).

Pero cuando estos sujetos ocupan alguna posición de poder, no dudarán en usar dicho poder para aniquilar (real o figuradamente) a sus "enemigos" intelectuales, religiosos o personales. En estos casos, es la sociedad entera la que sufre su arbitrariedad, soberbia, prepotencia y autoritarismo.

La ideología que el fundamentalista predica exige la supresión plena de la disidencia, y no admite matices o "medias tintas". La creencia de "ellos o nosotros" convierte a estos sujetos en personas extremadamente peligrosas y potencialmente letales.

Familiarizarse un poco con la psicología de estos personajes y, sobre todo, observar por uno mismo sus característica no es solo un entretenimiento académico o una diversión; sino que es de extrema utilidad tanto en nuestra vida personal, como en nuestra vida social (ej: a la hora de elegir a un gobernante)

Espero que estas observaciones y reflexiones estimulen a los lectores zetéticos a observar detenidamente a las personas y saber cuando pueden estar en presencia de un sujeto de este tipo.