En su carta a William Graham, fechada el 3 de Julio de 1881, Charles Darwin escribe: "Conmigo, la horrible duda siempre surge de si las convicciones de la mente del hombre, las cuáles se han desarrollado de las mentes de animales inferiores, son de algún valor o son confiables en lo absoluto; ¿alguien confiaría en las convicciones de la mente de un mono, si es existiese alguna convicción en tal mente?"
Esto ha sido conocido como "La duda de Darwin", y su planteamiento realmente nos confronta con un tema de fondo: cuál es el origen de la mente humana, y si dicha mente es confiable o no.
La evolución por selección natural no requiere que la mente del hombre sea confiable desde un punto de vista epistémico; ya que la selección natural favorece las estructuras mejor adaptadas al entorno para fines de la superviviencia y la reproducción; pero la selección natural, en cuanto tal, no requiere que las convicciones de la mente humana sean ciertas o correctas.
Es por esto que Darwin duda de la confiabilidad de la mente humana, en el supuesto (admitido por él) de que dicha mente haya sido producto de la evolución por selección natural.
Debemos puntualizar algunas cosas:
1)Darwin NO está diciendo que las convicciones de la mente humana son falsas. Lo que está diciendo es que hay duda sobre la confiabilidad de tales convicciones.
2)Si el punto uno es correcto, entonces debemos plantearnos el siguiente problema: Si las convicciones de la mente humana es de una dudosa confiabilidad, ¿podemos confiar en la convicción de que el darwinismo sea correcto? La respuesta es que no, ya que el propio darwinismo parece implicar la duda sobre la convicción acerca de sí mismo. En otras palabras, si el darwinismo es correcto, entonces no podemos estar seguros de que es correcto y nos vemos en la necesidad de dudar de él (y de la veracidad de cualquier otra convicción que tengamos).
Este argumento ha sido utilizado por algunos filósofos. Por ejemplo, el filósofo cristiano Alvin Plantinga es quizás quien lo ha desarrollado en su máxima extensión, como se puede leer en este artículo.
Sobre el origen de la conciencia:
La duda de Darwin solo plantearía un problema para quien acepte (y asuma consistentemente hasta sus últimas implicaciones) que el darwinismo es verdadero.
Pero hay un problema filosófico anterior a éste, y que no afecta directamente al darwinismo, sino a la idea general de que la conciencia (que para los fines de este post, definiré como la "experiencia subjetiva") es únicamente un producto del cerebro.
Ninguna persona puede negar que existe una relación de dependencia entre los fenómenos mentales (incluyendo la conciencia) y los fenómenos cerebrales. Los siguientes hechos lo demuestran:
-Las drogas y el alcohol afectan el cerebro, y también la mente.
-Los daños cerebrales (producto de golpes, lesiones, cirugía, etc.) afectan la mente, e incluso ciertas funciones específicas (ej: la memoria).
-Los animales con cerebros menos evolucionados manifiestan menos complejidad en su funcionamiento mental (ej: el cerebro de una hormiga es menos complejo que el de un mono, y su comportamiento y funciones mentales manifiestan esas diferencias de complejidad)
De lo anterior se podría concluir que los fenómenos mentales (o espirituales, si quieren usar ese término) "emergen" de la materia cerebral; por lo que mientras más evolucionada y compleja sea esa materia, mayor complejidad se expresarán en los fenómenos mentales correspondientes.
Esta explicación parece satisfactoria para mucha gente; pero un análisis de ella reverlará algunos problemas importantes que no pasarán inadvertidos para una persona reflexiva:
1)Los objetos materiales son objetivos (es decir, pueden estudiarse en "tercera persona"), y sus propiedades también. Pero la conciencia es subjetiva (solo se experimenta en primera persona). ¿Cómo puede un objeto material dar lugar a una propiedad subjetiva? ¿Qué ley natural determina eso? ¿Y por qué tendría que ocurrir tal cosa, cuando todas las propiedades conocidas de los objetos materiales son también objetivas?
Por ejemplo, si usted piensa en este momento en un canguro de color rosado, usted puede visualizar dicha imagen perfectamente en su mente (como si la estuviese viendo en un televisor). Si si durante este momento alguien le abre su cerebro, no encontrará allí ningún canguro rosado. Lo que encontrará son procesos químicos cerebrales correlativos a esa experiencia (los cuáles pueden ser descritos objetivamente por la neurociencia), pero el conguro rosado solo sería visible y experimentable por usted subjetivamente. No hay ningún canguro rosado físicamente real en su cerebro.
2)El concepto de emergencia es muy controversial en filosofía. Por propiedades emergentes se entienden aquellas que aparecen en algún sistema, y que no existen en los componentes individuales de dicho sistema.
Un ejemplo sería lo áspero de una piedra, la cuál está constituida por átomos y particulas sub-atómicas que, por sí mismas, no son ásperas (no pueden tocarse ni sentirse como tal). Por tanto, lo áspero de una piedra sería una propiedad que "emerge" de la interacción de las muchas partículas atómicas que la constituyen.
El problema con ese ejemplo es que lo "áspero" no es una propiedad física y real de la piedra, sino una manifestación sensorial (de nuestros sentidos) de ella. La física ha demostrado que una piedra (y cualquier otro objeto) no es como la vemos; sino que más bien los objetos físicos están compuestos por muchos átomos y partículas sub-atómicas (entre los cuáles el espacio vacío supera al espacio ocupado por la materia) que se mueven a altas velocidades. Pero esto no lo vemos, lo que vemos es una especie de "ilusión óptica" que nos dice que una piedra es áspera, ya que nuestros sentidos son limitados y no nos permiten profundizar en el nivel microscópico.
Por eso, lo "áspero" es solo una propiedad emergente en nuestra limitada percepción que produce una ilusión óptica sobre la naturaleza real de la piedra, pero no es una propiedad físicamente REAL de la piedra.
En segundo lugar, aun si lo áspero fuese una propiedad real de la piedra, esta propiedad sería en todo caso objetiva (existente en la propia piedra y observables por terceras personas), no subjetiva. Esto confirma la idea de que las propiedades de las cosas materiales son objetivas, no subjetivas.
Pero en el caso del cerebro y la conciencia se nos pide que hagamos una excepción, y creamos que un objeto material (el cerebro) puede tener una propiedad subjetiva (la conciencia, que solo puede ser experimentada por cada persona en su interior). Y si bien esto no es imposible, no basta la sola posibilidad para que se acepte tal idea como verdadera o problable.
Este problema ha llevado a algunos a pensar en altenativas. Por ejemplo, el neurocientífico John Smythies conjetura que la "conciencia" no es una propiedad "emergente" del cerebro, sino un rasgo fundamental de la Naturaleza. Y que esa conciencia interactúa con el cerebro físico bajo ciertas condiciones (e.j. en el caso de los seres vivos).
En mi opinión, la propuesta del Dr.Smythies implica:
1)Que la conciencia es un fenómeno natural (pudiéndose incluso considerar "material", aunque no limita lo material al cerebro ni se use como sinónimo de anti-espiritual)
2)Que ha mayor complejidad del cerebro, se manifieste una mayor complejidad de la conciencia. El cerebro solo determina que "tanto se manifiesta" la conciencia, pero no la crea o produce. Esto explicaría por qué la conciencia es subjetiva, mientras que todos los objetos materiales conocidos manifiestan características objetivas (no subjetivas)
3)Que la relación entre el cerebro y la conciencia sea causal y bidireccional (ambos se afectan recíprocamente). El efecto placebo, el bio-feedback, y las enfermedades psicosomáticas serían casos en los cuáles la conciencia produce un efecto en el cerebro (y en el organismo).
4)Que la conciencia, al no estar producida ni depender existencialmente del cerebro, puede subsistir a él. Esto explicaría también los casos sugestivos de superviviencia de la conciencia. (Esto, que yo sepa, no lo dice ni cree el Dr.Smythies; pero yo lo deduzco de lo que he comprendido de su artículo)
5)La propuesta del Dr.Smythies es una alternativa tanto al dualismo de tipo cartesiano, como al reduccionismo de tipo materialista.
Sea cuál sea el mérito real del esta propuesta, mi propia opinión es que ella es muy interesante y merece ser estudiada y debatida. Lejos de ser "la" solución, ella ofrece ideas y herramientas para enfocar, desde una nueva perspectiva, los problemas que han afectado el estudio sobre el origen de la conciencia y su lugar en la naturaleza.
Yo personalmente no comparto del todo la idea del Dr.Smythies, pero al menos me ha dado mucho que pensar, y espero a ustedes también.
Por último, y más o menos relacionado con todo lo anterior, dejo un video donde el científico Dean Radin habla acerca de la la interacción de la mente con la materia (basada en los resultados de algunos de sus estudios)
Esto ha sido conocido como "La duda de Darwin", y su planteamiento realmente nos confronta con un tema de fondo: cuál es el origen de la mente humana, y si dicha mente es confiable o no.
La evolución por selección natural no requiere que la mente del hombre sea confiable desde un punto de vista epistémico; ya que la selección natural favorece las estructuras mejor adaptadas al entorno para fines de la superviviencia y la reproducción; pero la selección natural, en cuanto tal, no requiere que las convicciones de la mente humana sean ciertas o correctas.
Es por esto que Darwin duda de la confiabilidad de la mente humana, en el supuesto (admitido por él) de que dicha mente haya sido producto de la evolución por selección natural.
Debemos puntualizar algunas cosas:
1)Darwin NO está diciendo que las convicciones de la mente humana son falsas. Lo que está diciendo es que hay duda sobre la confiabilidad de tales convicciones.
2)Si el punto uno es correcto, entonces debemos plantearnos el siguiente problema: Si las convicciones de la mente humana es de una dudosa confiabilidad, ¿podemos confiar en la convicción de que el darwinismo sea correcto? La respuesta es que no, ya que el propio darwinismo parece implicar la duda sobre la convicción acerca de sí mismo. En otras palabras, si el darwinismo es correcto, entonces no podemos estar seguros de que es correcto y nos vemos en la necesidad de dudar de él (y de la veracidad de cualquier otra convicción que tengamos).
Este argumento ha sido utilizado por algunos filósofos. Por ejemplo, el filósofo cristiano Alvin Plantinga es quizás quien lo ha desarrollado en su máxima extensión, como se puede leer en este artículo.
Sobre el origen de la conciencia:
La duda de Darwin solo plantearía un problema para quien acepte (y asuma consistentemente hasta sus últimas implicaciones) que el darwinismo es verdadero.
Pero hay un problema filosófico anterior a éste, y que no afecta directamente al darwinismo, sino a la idea general de que la conciencia (que para los fines de este post, definiré como la "experiencia subjetiva") es únicamente un producto del cerebro.
Ninguna persona puede negar que existe una relación de dependencia entre los fenómenos mentales (incluyendo la conciencia) y los fenómenos cerebrales. Los siguientes hechos lo demuestran:
-Las drogas y el alcohol afectan el cerebro, y también la mente.
-Los daños cerebrales (producto de golpes, lesiones, cirugía, etc.) afectan la mente, e incluso ciertas funciones específicas (ej: la memoria).
-Los animales con cerebros menos evolucionados manifiestan menos complejidad en su funcionamiento mental (ej: el cerebro de una hormiga es menos complejo que el de un mono, y su comportamiento y funciones mentales manifiestan esas diferencias de complejidad)
De lo anterior se podría concluir que los fenómenos mentales (o espirituales, si quieren usar ese término) "emergen" de la materia cerebral; por lo que mientras más evolucionada y compleja sea esa materia, mayor complejidad se expresarán en los fenómenos mentales correspondientes.
Esta explicación parece satisfactoria para mucha gente; pero un análisis de ella reverlará algunos problemas importantes que no pasarán inadvertidos para una persona reflexiva:
1)Los objetos materiales son objetivos (es decir, pueden estudiarse en "tercera persona"), y sus propiedades también. Pero la conciencia es subjetiva (solo se experimenta en primera persona). ¿Cómo puede un objeto material dar lugar a una propiedad subjetiva? ¿Qué ley natural determina eso? ¿Y por qué tendría que ocurrir tal cosa, cuando todas las propiedades conocidas de los objetos materiales son también objetivas?
Por ejemplo, si usted piensa en este momento en un canguro de color rosado, usted puede visualizar dicha imagen perfectamente en su mente (como si la estuviese viendo en un televisor). Si si durante este momento alguien le abre su cerebro, no encontrará allí ningún canguro rosado. Lo que encontrará son procesos químicos cerebrales correlativos a esa experiencia (los cuáles pueden ser descritos objetivamente por la neurociencia), pero el conguro rosado solo sería visible y experimentable por usted subjetivamente. No hay ningún canguro rosado físicamente real en su cerebro.
2)El concepto de emergencia es muy controversial en filosofía. Por propiedades emergentes se entienden aquellas que aparecen en algún sistema, y que no existen en los componentes individuales de dicho sistema.
Un ejemplo sería lo áspero de una piedra, la cuál está constituida por átomos y particulas sub-atómicas que, por sí mismas, no son ásperas (no pueden tocarse ni sentirse como tal). Por tanto, lo áspero de una piedra sería una propiedad que "emerge" de la interacción de las muchas partículas atómicas que la constituyen.
El problema con ese ejemplo es que lo "áspero" no es una propiedad física y real de la piedra, sino una manifestación sensorial (de nuestros sentidos) de ella. La física ha demostrado que una piedra (y cualquier otro objeto) no es como la vemos; sino que más bien los objetos físicos están compuestos por muchos átomos y partículas sub-atómicas (entre los cuáles el espacio vacío supera al espacio ocupado por la materia) que se mueven a altas velocidades. Pero esto no lo vemos, lo que vemos es una especie de "ilusión óptica" que nos dice que una piedra es áspera, ya que nuestros sentidos son limitados y no nos permiten profundizar en el nivel microscópico.
Por eso, lo "áspero" es solo una propiedad emergente en nuestra limitada percepción que produce una ilusión óptica sobre la naturaleza real de la piedra, pero no es una propiedad físicamente REAL de la piedra.
En segundo lugar, aun si lo áspero fuese una propiedad real de la piedra, esta propiedad sería en todo caso objetiva (existente en la propia piedra y observables por terceras personas), no subjetiva. Esto confirma la idea de que las propiedades de las cosas materiales son objetivas, no subjetivas.
Pero en el caso del cerebro y la conciencia se nos pide que hagamos una excepción, y creamos que un objeto material (el cerebro) puede tener una propiedad subjetiva (la conciencia, que solo puede ser experimentada por cada persona en su interior). Y si bien esto no es imposible, no basta la sola posibilidad para que se acepte tal idea como verdadera o problable.
Este problema ha llevado a algunos a pensar en altenativas. Por ejemplo, el neurocientífico John Smythies conjetura que la "conciencia" no es una propiedad "emergente" del cerebro, sino un rasgo fundamental de la Naturaleza. Y que esa conciencia interactúa con el cerebro físico bajo ciertas condiciones (e.j. en el caso de los seres vivos).
En mi opinión, la propuesta del Dr.Smythies implica:
1)Que la conciencia es un fenómeno natural (pudiéndose incluso considerar "material", aunque no limita lo material al cerebro ni se use como sinónimo de anti-espiritual)
2)Que ha mayor complejidad del cerebro, se manifieste una mayor complejidad de la conciencia. El cerebro solo determina que "tanto se manifiesta" la conciencia, pero no la crea o produce. Esto explicaría por qué la conciencia es subjetiva, mientras que todos los objetos materiales conocidos manifiestan características objetivas (no subjetivas)
3)Que la relación entre el cerebro y la conciencia sea causal y bidireccional (ambos se afectan recíprocamente). El efecto placebo, el bio-feedback, y las enfermedades psicosomáticas serían casos en los cuáles la conciencia produce un efecto en el cerebro (y en el organismo).
4)Que la conciencia, al no estar producida ni depender existencialmente del cerebro, puede subsistir a él. Esto explicaría también los casos sugestivos de superviviencia de la conciencia. (Esto, que yo sepa, no lo dice ni cree el Dr.Smythies; pero yo lo deduzco de lo que he comprendido de su artículo)
5)La propuesta del Dr.Smythies es una alternativa tanto al dualismo de tipo cartesiano, como al reduccionismo de tipo materialista.
Sea cuál sea el mérito real del esta propuesta, mi propia opinión es que ella es muy interesante y merece ser estudiada y debatida. Lejos de ser "la" solución, ella ofrece ideas y herramientas para enfocar, desde una nueva perspectiva, los problemas que han afectado el estudio sobre el origen de la conciencia y su lugar en la naturaleza.
Yo personalmente no comparto del todo la idea del Dr.Smythies, pero al menos me ha dado mucho que pensar, y espero a ustedes también.
Por último, y más o menos relacionado con todo lo anterior, dejo un video donde el científico Dean Radin habla acerca de la la interacción de la mente con la materia (basada en los resultados de algunos de sus estudios)