En este extraordinario libro titulado "Oracles of Science", el físico Karl Giberson y el filósofo Mariano Artigas, examinan críticamente la obra de los más conocidos divulgadores científicos de los últimos años: Richard Dawkins, Carl Sagan, Stephen Jay Gould, Edward O. Wilson, Steven Weinberg y Stephen Hawking.
La crítica que se efectúa en este libro tiene dos virtudes: 1)Es informada; y 2) No distorsiona la posición que se critica. Estas virtudes son excepcionales, ya que la regla común de la mayoría de libros o artículos "críticos" es la distorsión (muchas veces involuntaria) del punto de vista que se critica, para hacerlo más rebatible.
El punto fuerte de este libro es que hace explícito cómo los divulgadores de la ciencia frecuentemente fracasan en distinguir (o en hacer explícita la distinción) entre la teoría científica que divulgan, y sus propias opiniones, cosmovisiones o filosofía personal. Este fracaso tiende a generar confusión en muchos lectores, quienes asumen las opiniones personales del autor como si fuese parte de la teoría científica divulgada. Esto causa confusión y solapamiento entre diferentes niveles y categorías en el discurso.
Por ejemplo, en su bien conocida serie divulgativa llamada Cosmos, el divulgador de la ciencia Carl Sagan señaló: "Yo soy una colección de agua, calcio y moléculas orgánicas llamado Carl Sagan". Esta frase resume una cosmovisión o filosofía de vida en la que creía Carl Sagan: el materialismo. Pero esta última es una posición filosófica (o mejor dicho, un conjunto de posiciones filosóficas), no una tesis científica (es cierto que los cuerpos humanos se componen de esos factores que Sagan menciona; pero ello no implica que el ser humano se defina solo en esos términos químicos)
De hecho, lo que valoramos o rechazamos de Sagan (y de cualquier otro ser humano) y que usamos como criterio para definirlo o cocenptualizarlo no son los componentes químicos de su cuerpo que él menciona, sino otros elementos más intangibles (ej: su honestidad, conocimiento, valía moral, racionalidad o falta de ella, acuerdo o desacuerdo con sus opiniones, etc.). Son estos factores por los más importantes a la hora de definir a las demás personas en términos humanos (y no solo químicos). Piense el lector por un momento: ¿cómo definiría usted a sus padres? ¿Como un montón de sustancias químicas con un nombre determinado? ¿O añadiría algo "menos químico" a esa definición? Las respuestas variarán dependiendo de la cosmovisión o filosofía de vida de cada uno de los lectores.
Lo que sí parece indiscutible es el hecho de que nadie dirá que está en desacuerdo con la colección de agua y calcio de forman a zetetic_chick; lo que sí puede decir es que está o no de acuerdo con mis ideas, opiniones y pensamientos (ninguno de ellos cognoscibles por métodos químicos; sino por otros métodos diferentes tales como leer este blog, o preguntándome mi opinión sobre algo). Difícilmente podamos leer las obras de Carl Sagan y conocer sus ideas específicas sobre temas concretos con solo examinar con un microscopio la composición química de su cuerpo. Pero leyendo uno de sus libros sí sería idóneo para ello (aun cuando su cuerpo ya no exista...)
Los autores de este libro muestran como, constantemente, estos divulgadores de la ciencia mezclan sus opiniones personales (basadas en sus creencias y filosofía personal) con las teorías científicas que divulgan; haciéndole creer a los lectores que tales opiniones personales derivan de tales teorías, o son las únicas consistentes con ella. Al mezclar diferentes niveles de análisis (ej: el científico con el filosófico, o éste último con el religioso), propician las confusiones conceptuales, y la superposición de diferentes disciplinas que, si bien pueden referirse al mismo objeto, lo abordan con planteamientos, metodologías o fines diferentes.
Pienso que este libro será disfrutado por todos los entusiastas de la ciencia y la filosofía; y también por aquellos seguidores de estos divulgadores científicos que quieran conocer una crítica informada, honesta y rigurosa del planteamiento de estos autores.
La crítica que se efectúa en este libro tiene dos virtudes: 1)Es informada; y 2) No distorsiona la posición que se critica. Estas virtudes son excepcionales, ya que la regla común de la mayoría de libros o artículos "críticos" es la distorsión (muchas veces involuntaria) del punto de vista que se critica, para hacerlo más rebatible.
El punto fuerte de este libro es que hace explícito cómo los divulgadores de la ciencia frecuentemente fracasan en distinguir (o en hacer explícita la distinción) entre la teoría científica que divulgan, y sus propias opiniones, cosmovisiones o filosofía personal. Este fracaso tiende a generar confusión en muchos lectores, quienes asumen las opiniones personales del autor como si fuese parte de la teoría científica divulgada. Esto causa confusión y solapamiento entre diferentes niveles y categorías en el discurso.
Por ejemplo, en su bien conocida serie divulgativa llamada Cosmos, el divulgador de la ciencia Carl Sagan señaló: "Yo soy una colección de agua, calcio y moléculas orgánicas llamado Carl Sagan". Esta frase resume una cosmovisión o filosofía de vida en la que creía Carl Sagan: el materialismo. Pero esta última es una posición filosófica (o mejor dicho, un conjunto de posiciones filosóficas), no una tesis científica (es cierto que los cuerpos humanos se componen de esos factores que Sagan menciona; pero ello no implica que el ser humano se defina solo en esos términos químicos)
De hecho, lo que valoramos o rechazamos de Sagan (y de cualquier otro ser humano) y que usamos como criterio para definirlo o cocenptualizarlo no son los componentes químicos de su cuerpo que él menciona, sino otros elementos más intangibles (ej: su honestidad, conocimiento, valía moral, racionalidad o falta de ella, acuerdo o desacuerdo con sus opiniones, etc.). Son estos factores por los más importantes a la hora de definir a las demás personas en términos humanos (y no solo químicos). Piense el lector por un momento: ¿cómo definiría usted a sus padres? ¿Como un montón de sustancias químicas con un nombre determinado? ¿O añadiría algo "menos químico" a esa definición? Las respuestas variarán dependiendo de la cosmovisión o filosofía de vida de cada uno de los lectores.
Lo que sí parece indiscutible es el hecho de que nadie dirá que está en desacuerdo con la colección de agua y calcio de forman a zetetic_chick; lo que sí puede decir es que está o no de acuerdo con mis ideas, opiniones y pensamientos (ninguno de ellos cognoscibles por métodos químicos; sino por otros métodos diferentes tales como leer este blog, o preguntándome mi opinión sobre algo). Difícilmente podamos leer las obras de Carl Sagan y conocer sus ideas específicas sobre temas concretos con solo examinar con un microscopio la composición química de su cuerpo. Pero leyendo uno de sus libros sí sería idóneo para ello (aun cuando su cuerpo ya no exista...)
Los autores de este libro muestran como, constantemente, estos divulgadores de la ciencia mezclan sus opiniones personales (basadas en sus creencias y filosofía personal) con las teorías científicas que divulgan; haciéndole creer a los lectores que tales opiniones personales derivan de tales teorías, o son las únicas consistentes con ella. Al mezclar diferentes niveles de análisis (ej: el científico con el filosófico, o éste último con el religioso), propician las confusiones conceptuales, y la superposición de diferentes disciplinas que, si bien pueden referirse al mismo objeto, lo abordan con planteamientos, metodologías o fines diferentes.
Pienso que este libro será disfrutado por todos los entusiastas de la ciencia y la filosofía; y también por aquellos seguidores de estos divulgadores científicos que quieran conocer una crítica informada, honesta y rigurosa del planteamiento de estos autores.