Roberto Follari, de quien ya hemos hablado en otra ocasión, es un doctor en psicología y filósofo profesional, profesor de epistemología de las ciencias sociales de la Universidad Nacional de Cuyo (Argentina), quien ha escrito diversos libros y artículos especializados en temas filosóficos y sociales.
Este libro, Teorías Débiles, contiene un análisis crítico de los llamados estudios culturales y de los métodos de deconstrucción derivados de la obra de Derrida, que han tenido mucha influencia en la academia norteamericana, y en un cierto sector de la hispanoamericana (especialmente en latinoamérica, y particularmente en el área de la comunicación social).
En esta obra, Follari analiza el trabajo de autores reconocidos en el ámbito académico como Jesús Martín Barbero, Renato Ortíz, Nestor García Canclini, Martín Hopenhayn y Beatriz Sarlo. Estos autores tienen muchas ideas interesantes, pero también su discurso teórico tiene algunas insuficiencias que merecen ser examinadas objetiva y rigurosamente.
Pienso que la crítica de Follari, si bien es teóricamente demoledora, no por ello es irrespetuosa o injusta. Al contrario, creo que su discusión y análisis acerca de la obra de estos autores constituye una valoración sobria, honesta y rigurosa, que refleja el conocimiento cabal que el autor tiene de la obra de cada uno de estos autores, y la capacidad de evaluar lo que de correcto o falso pueda haber en sus planteamientos.
Follari especialmente enfatiza el hecho de que los estudios culturales sobreestiman la capacidad de las personas, en tanto receptores activos de la "industria cultural" (medios de comunicación, publicidad, etc.), tiene para resistir esta influencia. Para Follari, esta actitud es censurable, toda vez que sirve de consolidación e institucionalización de una serie de valores y ideales que son propios del neo-liberalismo.
Por supuesto, quienes sean neo-liberales, podrán disentir de que esto, al considerar que tales valores no tienen nada de ideológicos o de incorrectos. Pero esto sería irrelevante para el punto que intenta sentar Follari: aunque él es de izquierda, sus razonamientos van dirigidos a los efectos que los estudios culturales producen, y como ellos se articulan y son "tolerantes" con los ideales del neo-liberalismo como ideología. Que estos ideales o valores sean correctos o no, sería otra cuestión (la cuál depende, en parte, de la posición ideológica-política que se tenga).
Por este motivo, pienso que la lectura de este libro es necesaria, especialmente para los estudiantes de comunicación social, y en general para las personas interesadas en los temas sociales.
Son muchas las reflexiones y ideas fructíferas que surgirán de una lectura cuidadosa de este libro.
Este libro, Teorías Débiles, contiene un análisis crítico de los llamados estudios culturales y de los métodos de deconstrucción derivados de la obra de Derrida, que han tenido mucha influencia en la academia norteamericana, y en un cierto sector de la hispanoamericana (especialmente en latinoamérica, y particularmente en el área de la comunicación social).
En esta obra, Follari analiza el trabajo de autores reconocidos en el ámbito académico como Jesús Martín Barbero, Renato Ortíz, Nestor García Canclini, Martín Hopenhayn y Beatriz Sarlo. Estos autores tienen muchas ideas interesantes, pero también su discurso teórico tiene algunas insuficiencias que merecen ser examinadas objetiva y rigurosamente.
Pienso que la crítica de Follari, si bien es teóricamente demoledora, no por ello es irrespetuosa o injusta. Al contrario, creo que su discusión y análisis acerca de la obra de estos autores constituye una valoración sobria, honesta y rigurosa, que refleja el conocimiento cabal que el autor tiene de la obra de cada uno de estos autores, y la capacidad de evaluar lo que de correcto o falso pueda haber en sus planteamientos.
Follari especialmente enfatiza el hecho de que los estudios culturales sobreestiman la capacidad de las personas, en tanto receptores activos de la "industria cultural" (medios de comunicación, publicidad, etc.), tiene para resistir esta influencia. Para Follari, esta actitud es censurable, toda vez que sirve de consolidación e institucionalización de una serie de valores y ideales que son propios del neo-liberalismo.
Por supuesto, quienes sean neo-liberales, podrán disentir de que esto, al considerar que tales valores no tienen nada de ideológicos o de incorrectos. Pero esto sería irrelevante para el punto que intenta sentar Follari: aunque él es de izquierda, sus razonamientos van dirigidos a los efectos que los estudios culturales producen, y como ellos se articulan y son "tolerantes" con los ideales del neo-liberalismo como ideología. Que estos ideales o valores sean correctos o no, sería otra cuestión (la cuál depende, en parte, de la posición ideológica-política que se tenga).
Por este motivo, pienso que la lectura de este libro es necesaria, especialmente para los estudiantes de comunicación social, y en general para las personas interesadas en los temas sociales.
Son muchas las reflexiones y ideas fructíferas que surgirán de una lectura cuidadosa de este libro.