La ciberhipocondría o cibercondría es un síndrome de internet, o mejor dicho, un síndrome humano (caracterizado por la obsesividad, compulsividad, sugestión, tendencia al catastrofismo, tendencia a seleccionar solo la información negativa, etc.) pero que se expresa en el uso de internet para obtener grandes cantidades de información relacionada con cuestiones médicas y enfermedades que la persona padece o cree padecer.
El riesgo que presenta este transtorno es que la persona tiende a auto-medicarse, con los problemas y riesgos graves que ello puede implicar.
Las personas que padecen este transtorno deberían entender que no toda la información de internet es confiable; de hecho, gran parte de la información en internet es superficial o sesgada, por lo que los internautas deberían ser rigurosos al momento de evaluar las fuentes de los temas que estén investigando.
Por ejemplo, si yo quiero buscar sobre un asunto médico, y quiero conocer lo que la medicina oficial dice al respecto, debo entrar y consultar páginas de medicina oficial (y no páginas de medicinas alternativas). Pero esto también vale en el sentido contrario: si yo quiero saber lo que plantea la homeopatía, debo consultar con fuentes expertas en homeopatía, y no en fuentes sesgadas (como lo sería, una página de medicina oficial dedicada a criticar a la homeopatía; ya que ahí hay un sesgo evidente además de un conflicto de intereses).
Por otro lado, también es conveniente consultar directamente con expertos, y no creerse cualquier cosa que leemos en la web. Mucha gente parece creer que lo que "sale en internet es cierto", lo cuál es un error garrafal. Mucha gente usa internet con fines de propaganda, de autopromoción, o con otros objetivos en mente; por lo que debemos aprender a discernir la confiabilidad de la información que buscamos.
Por último, las personas que padecen de Ciberhipocondría deberían asesorarse con psicólogos y otros especialistas, para saber cómo abordar mejor su problema. Al ser un transtorno real, la solución debería ser guiada por un especialista que conozca bien como manejar este ptoblema.
A medida que crece la información en internet, se hace necesario disponer de criterios para seleccionar y filtrar dicha información. Esta es una habilidad que muy pocas personas poseen, pero que puede aprenderse.
El riesgo que presenta este transtorno es que la persona tiende a auto-medicarse, con los problemas y riesgos graves que ello puede implicar.
Las personas que padecen este transtorno deberían entender que no toda la información de internet es confiable; de hecho, gran parte de la información en internet es superficial o sesgada, por lo que los internautas deberían ser rigurosos al momento de evaluar las fuentes de los temas que estén investigando.
Por ejemplo, si yo quiero buscar sobre un asunto médico, y quiero conocer lo que la medicina oficial dice al respecto, debo entrar y consultar páginas de medicina oficial (y no páginas de medicinas alternativas). Pero esto también vale en el sentido contrario: si yo quiero saber lo que plantea la homeopatía, debo consultar con fuentes expertas en homeopatía, y no en fuentes sesgadas (como lo sería, una página de medicina oficial dedicada a criticar a la homeopatía; ya que ahí hay un sesgo evidente además de un conflicto de intereses).
Por otro lado, también es conveniente consultar directamente con expertos, y no creerse cualquier cosa que leemos en la web. Mucha gente parece creer que lo que "sale en internet es cierto", lo cuál es un error garrafal. Mucha gente usa internet con fines de propaganda, de autopromoción, o con otros objetivos en mente; por lo que debemos aprender a discernir la confiabilidad de la información que buscamos.
Por último, las personas que padecen de Ciberhipocondría deberían asesorarse con psicólogos y otros especialistas, para saber cómo abordar mejor su problema. Al ser un transtorno real, la solución debería ser guiada por un especialista que conozca bien como manejar este ptoblema.
A medida que crece la información en internet, se hace necesario disponer de criterios para seleccionar y filtrar dicha información. Esta es una habilidad que muy pocas personas poseen, pero que puede aprenderse.