sábado, 31 de enero de 2009

Michel Sauval, Alan Sokal, ciencia y psicoanálisis. Sobre la guerra de las ciencias o "science wars"

La página web del psicólogo y psicoanalista Michel Sauval presenta artículos muy interesantes sobre las relaciones entre la ciencia y el psicoanálisis.

Como se sabe, el psicoanálisis ha tenido mucha influencia en la Academia durante bastante tiempo, pero ha caído en descrédito en un cierto sector de la psicología (especialmente, en las escuelas o doctrinas de tendencia positivista o afines a ella); aunque irónicamente, ha sido la neurociencia actual la que parece validar (y reivindicar) algunas de las ideas básicas del psicoanálisis, mostrando que la oposición al psicoanálisis puede derivar más de prejuicios filosóficos (especialmente epistemológicos), que de la evidencia científica. Sauval analiza también algunos de estos aspectos.

De especial interés encontré el análisis crítico de Sauval del Físico (y positivista) Alan Sokal, autor del libro titulado "Imposturas intelectuales", y responsable del llamado "Affair Sokal", iniciado por una publicación en una revista de ciencias sociales de un artículo absurdo lleno de terminología científica. Con ello, Sokal pretendió desenmascarar la falta de rigor que existe en algunas revistas de ciencias sociales, especialmente aquellas afectas al posestructuralismo (llamadas erróneamente por Sokal, si ninguna matización o distinción conceptual, como "posmodernas").

En su libro, Sokal amplió su crítica, extendiéndola al relativismo epistémico y a otras tesis filosóficas contemporáneas (a las que intentó refutar) y ha documentar el abuso que algunos intelectuales hacen de la terminología científica.

Por supuesto, que tan pretenciosa empresa filosófica venga de un físico, y no de un filósofo, no es sorprendente para quien haya visto como a veces los científicos profesionales, en un alarde de arrogancia (e ignorancia), buscan pontificar en temas ajenos a su disciplina (a la que consideran "superior" al resto, y por tanto, con autoridad suficiente para "corregir" a las demás), como puede verse en la incursión del zoólogo Richard Dawkins en temas teológicos y filosóficos. (Quien esté familiarizado, aunque sea superficialmente, con la literatura filosófica relevante en estos temas reconocerá inmediatamente la gran ingenuidad y simpleza de los argumentos de estos sujetos, que confunden temas científicos con temas filosóficos con gran facilidad, precisamente porque desconocen las complejidades del tema que critican; y juzgan solo desde las anteojeras y perspectiva estrecha, pero generalizada en forma dogmática, de su disciplina científica; como quien ve el mundo solo con gafas verdes, considerando que lo "no verde" no existe, es espurio o solo es una ilusión. Las obras de estas personas casi siempre tiene un efecto persuasivo solo en los que ya están predispuestos a aceptarla, o a los que ignoran las materias criticadas y se creen fácilmente las refutaciones simplistas de caricaturas creadas por la autoridad a la que admiran, pero casi nunca produce efecto alguno a los expertos de las disciplinas criticadas, porque éstos habitualmente reconocen rápidamente las caricaturas creadas, y la irrelevancia, superficialidad, o ignorancia de la crítica formulada, en una forma análoga a cuando algunos de ustedes, lectores, reconoce fácilmente lo absurdo o ignorante de los comentarios "críticos" de alguien que opina, sin conocimiento adecuado o suficiente, en el área en la que usted es especialista).

Aunque lo anterior puede ser importante al momento de evaluar el "background" del crítico, esa importancia no debe exagerarse, ya que los argumentos (vengan de quienes vengan) deben examinarse en sí mismos, y no en relación con quien los plantee. Pero como los argumentos no surgen de la nada, ni se expresan ellos mismos, ni se interpretan solos, siempre es bueno saber también quién los plantea, desde que "perspectiva" (con qué "gafas" los enfoca) y por qué motivos (esto ofrece una visión panorámica e integral de la situación, no limitada solo a la lógica explícita del discurso, sino además extendida a las facetas no-lógicas del problema).

Yo concuerdo con el filósofo Roberto Follari sobre el hecho de que el Sokal "ha demostrado con consistencia el mal uso de conceptos de ciencia físico-natural en una cierta tendencia dentro de las ciencias sociales", pero que es absurdo pretender que "su ingenioso gesto der producir un texto trucado para filtrarlo en una revista de ciencias sociales, le alcance para afirmar tesis filosóficas generales que está por completo fuera del alcance de ese puntual y limitado recurso"

Pero aun esta conclusión debe mantenerse con reservas, ya que algunos intelectuales han examinado las fuentes que Sokal criticó, y han encontrado evidentes tergiversaciones y falsas imputaciones. Por ejemplo, el matemático y filósofo independiente Gabriel Stolzengerd ha escrito un extenso artículo titulado "A Physicist Experiments with Scholarly Discourse" donde muestra muchas de las imprecisiones, excesos y tergiversaciones de Sokal en el análisis de las fuentes que critica. Stolzenberg tiene una página dedicada al tema de Sokal y a las llamadas "Science Wars" o guerra de las ciencias.

Yo personalmente no acepto ninguna forma de relativismo acerca del conocimiento; pero estoy conciente de la existencia de arduos debates filosóficos al respecto, que no pretendo resolver con argumentos simples o caricaturas desinformadas. Muchas posiciones que uno no comparte pueden ser reformuladas en una forma que las haga más verosímiles o defendibles (reconocer esto nos hace menos dogmáticos). Por ejemplo, en el caso del relativismo, el filósofo Steven Hales ha publicado un artículo titulado "A consistent relativism" donde argumenta una formulación de esta tesis que aparentemente escapa a la mayoría de las objeciones formuladas contra el relativismo. Por lo tanto, y como ocurre muchas veces en filosofía, antes de declarar definitivamente "muerta y enterrada" una cierta tesis filosófica con la que uno está en desacuerdo (algo que a la gente dogmática les encanta mucho hacer), conviene investgar mejor y dejar el dogmatismo, el prejuicio y la arrogancia de lado. (Yo misma, que considero que algunas ideas o doctrinas filosóficas, como el marxismo, han sido sólidamente refutadas en sus fundamentos teóricos, refutación que también se ha confirmado en el fracaso de su aplicación histórica; dejo abierta la posibilidad, aunque remota o improbable a mi juicio, de que "algo" rescatable haya en ellas, o que incluso una nueva reformulación las haga más razonables y fructíferas, o al menos de interés para ciertos ámbitos o materias.)

Es por esto que quienes hayan leído el libro de Sokal, pero al tiempo busquen la verdad y necesiten leer todos los lados de la controversia para formarse una opinión lo más objetiva posible, pueden beneficiarse mucho al consultar las referencias ofrecidas en este artículo, y especialmente la página de Michel Sauval sobre el "affair Sokal".

Cada uno así tendrá elementos suficientes y pertientes para formarse una opinión personal sólida.

Máximo Sandín: Darwin, las ideas dominantes y los que dominan (cuarta entrega)

DARWIN, LAS IDEAS DOMINANTES Y LOS QUE DOMINAN

Cuarta entrega:
La propaganda como método científico

Máximo Sandín

Una mentira es como una bola de nieve; cuanto más rueda, más grande se hace
Martin Luther King

Repetida adecuadamente, una mentira, por grande que sea, acaba por convertirse en verdad, como bien sabían Goebbels y su jefe, por cierto, ferviente darwinista. Y, precisamente, es difícil encontrar un personaje histórico sobre el que, en tan sólo ciento cincuenta años, se haya tejido una red de mitificaciones, medias verdades y mentiras completas mediante el método de repeticiones de frases hechas a modo de “jaculatorias”, como el de Charles Darwin.

Pero vayamos por partes, como decía “Jack el destripador”. Para compartir con el lector, a partir de ahora, una mínima base para saber de qué estamos hablando, va a ser conveniente aplazar por un tiempo la labor “científica” para hacer unas pequeñas incursiones en la Historia, una disciplina que tiene mucho que aportar a los científicos, especialmente en lo que respecta al concepto de interpretaciones “objetivas”. Por ejemplo, entre la historia de Felipe II escrita por un inglés y la escrita por un español, es probable que existan distintas “objetividades”. Pues bien, vamos a ver algunos datos históricos sobre “la teoría de la evolución” elaborada desde “el continente”, que no es mejor ni peor que la elaborada en “La isla”, pero sí algo diferente.

Aunque las ideas y las investigaciones sobre la evolución son antiguas, el primer tratado dedicado íntegramente a la evolución, en este caso con la idea explícita de que una teoría evolutiva es la base teórica de la Biología, fue “Filosofía (teoría) zoológica” (1809) del científico francés Jean Baptiste de Monet, Caballero de Lamarck, profesor de la Sorbona. Sus ideas, (sobre las que habrá que volver), expuestas en su libro de una manera estructurada y metódica, eran asombrosamente avanzadas para su época, pero su concepción más general, que nuestros “maestros” se han encargado de satirizar con el manido ejemplo del cuello de la jirafa, era la de la capacidad de respuesta de los organismos al ambiente (algo sobre lo que también habremos de volver). En la primera mitad del siglo XIX, las investigaciones sobre la evolución proliferaron, especialmente en Francia y Alemania. Cuvier y su “Recherches sur les ossements fósiles de cuadrúpedes” (1812), en el que ponía de manifiesto la discontinuidad del registro fósil (no por “creaciones divinas, como se le suele atribuir). Geoffroy Saint-Hilaire con el “Cours de l’Histoire Naturelle des Mammiferes” (1829), con sus experimentos sobre cambios inducidos en el desarrollo mediante embriones de pollo, Fréderic Gérard con su “Theorie de l’evolution des formes organiques”, publicada en el Diccionario Universal de Historia Natural (París, 1841-49), en la que hacía una perfecta distinción entre los cambios “microevolutivos” y la “macroevolución”. Incluso, desde 1850 se convocaban concursos sobre estudios paleontológicos: en 1856, la Academia de las Ciencias de París otorgó el premio al paleontólogo alemán Henrich-Georg Bronn por su informe “Investigaciones sobre las leyes de la evolución del mundo orgánico durante la formación de la corteza terrestre”. Todas estas investigaciones estaban muy bien encaminadas científicamente, pero estaban circunscritas al ámbito académico.

El 24 de Noviembre de 1859 se publicó en Londres el que ha sido calificado como “el primer best seller de la literatura científica”. Su autor, un victoriano acomodado aficionado a la naturaleza, Charles Robert Darwin (sobre cuya biografía épica volveremos más adelante). El día de su publicación se vendió la edición completa de 1250 ejemplares y una segunda edición de 3000 se agotó en una semana. En pleno auge de la revolución industrial y la expansión colonial británica, con duras repercusiones sobre sus víctimas, quizás su título nos pueda orientar sobre semejante éxito social: “Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural o el mantenimiento de las razas favorecidas en la lucha por la existencia”. Pero también pueden ser muy ilustrativos en este sentido los dos conceptos que según él, constituían la base fundamental de sus argumentos “científicos”; especialmente, la “lucha por la vida” que el pastor anglicano Robert Malthus, discípulo de Adam Smith, aplicaba a la sociedad inglesa en su poco filantrópico libro “Estudio sobre el principio de población”. De hecho, Darwin afirma en su libro que su teoría “es la doctrina de Malthus aplicada con multiplicada fuerza al reino animal y vegetal”. El otro pilar fundador pertenecía al libro “La estática social” del filósofo social y economista Herbert Spencer, según el cual “Las civilizaciones, sociedades e instituciones compiten entre sí, y sólo resultan vencedores aquellos que son biológicamente más eficaces”. La aplicación de esta concepción a la Naturaleza, la explica Darwin de la siguiente manera: “He llamado a este principio por el cual se conserva toda variación pequeña, cuando es útil, selección natural para marcar su relación con la facultad de selección del hombre. Pero la expresión usada a menudo por Mr. Herbert Spencer, de que sobreviven los más idóneos es más exacta, y algunas veces igualmente conveniente”.

En cuanto a la única creación de su propia cosecha, la selección natural, dejemos que él mismo nos explique en su autobiografía la gestación de este “descubrimiento”: consistió en la lectura, durante lo que describe como "el período de trabajo más intenso de mi vida (“Autobiografía”, pág. 66) de textos especialmente en relación con productos domesticados, a través de estudios publicados, de conversaciones con expertos ganaderos y jardineros y de abundantes lecturas".

El afianzamiento de semejante explicación “científica” de la Naturaleza, las narraciones épicas sobre el personaje, el ocultamiento y la tergiversación de los verdaderos precursores, instauradas sobre la hegemonía científica y cultural anglosajona, resultarían lagos de argumentar y documentar aquí (tiempo habrá), pero podemos adelantar une especie de resumen con la recomendación, con todo el aspecto de una orden que George Gaylord Simpson escribía en la revista Science en 1966 sobre la actitud que debían adoptar los científicos sobre los precursores del estudio de la evolución: “Deseo insistir ahora en que todos los intentos efectuados para responder a este interrogante antes de 1859 carecen de valor, y en que asumiremos una posición más correcta si ignoramos dichas respuestas por completo”. Y la orden ha sido cumplida hasta el extremo de “borrar” la Historia. Así comienza F. J. Ayala un reciente artículo en PNAS: “La gran contribución de Darwin a la ciencia es que completó la Revolución Copernicana al llevar a la biología la noción de la naturaleza como un sistema de materia en movimiento gobernada por leyes naturales”.

Y esta es la formación que los biólogos recibimos de nuestros “maestros”. Porque los libros en que adquirimos nuestra formación son en inglés. Las revistas en que hemos de publicar nuestros trabajos han de ser en inglés, si queremos que sean valorados. Incluso la forma de analizar los datos, la forma de ver la realidad, la forma de pensar, ha de ser “en inglés”. Porque tanto las bases conceptuales del darwinismo, como la “inexistencia” de lo ajeno son la más pura manifestación de muy arraigados principios y valores culturales.

Creo sinceramente que no se puede culpar a los biólogos de esta confusión. Hemos sido formados así. La actividad investigadora es, siguiendo los cánones anglosajones, de una competencia feroz. Cada especialista está encerrado en su tema sin tiempo para documentarse. Sólo para aplicar a sus investigaciones lo que les han enseñado.

Lo que sí resulta algo molesto para los que hemos renunciado a la competencia para dedicarnos a intentar comprender el origen de esta enorme confusión, es cuando pontifican sobre su doctrina, repitiendo como un mantra lo que sus “maestros” les han enseñado.

Nota:

La tercera entrega de esta serie puede leerse aquí; la segunda aquí; y la primera aquí.
-ZC

viernes, 30 de enero de 2009

Entrevista a Máximo Sandín con motivo del bicentenario de Charles Darwin. Por Andrea Barreira



ENTREVISTA A MÁXIMO SANDÍN
Con motivo del bicentenario de Charles Darwin
Por Andrea Barreira



- Comenzando por el principio, ¿de dónde venimos y a dónde vamos?

Responder a esta típica pregunta con respuestas tópicas es muy sencillo, pero el tema es muy complejo. Es una pregunta a la que sólo pueden responder con certeza los distintos tipos de predicadores que tanto proliferan últimamente en los medios de comunicación anunciando “la verdad revelada”. Los científicos no tenemos “la respuesta”. Sólo aproximaciones parciales basadas en datos empíricos, verificables. Y estos datos nos indican que las primeras manifestaciones de vida en la Tierra fueron en forma de bacterias, ya con sus virus (bacteriófagos o “fagos”, como se les denomina) asociados. Que, a partir de ahí, distintos procesos de fusión de genomas (en sentido amplio, es decir real, lo que incluye ADN, ARN y proteínas) de duplicaciones y remodelaciones genómicas han ido dando lugar a la una enorme diversidad de formas de vida, y que este proceso ha sido mediado por disturbios ambientales de diversa magnitud a los que los genomas, como se ha demostrado experimentalmente, son muy sensibles, porque tienen una gran capacidad de intercambio de información, de respuesta al ambiente.

Supongo (estoy convencido de) que esto sonará raro, y más si tenemos en cuenta que estamos envueltos en el aluvión de conmemoraciones del “año de Darwin”, pero aunque no ha llegado todavía a los libros de texto y, al parecer, a los científicos participantes en esta enorme celebración (yo diría que sospechosamente desproporcionada, en relación con otros grandes científicos y pensadores), se está gestando en distintos centros de investigación “básica” es decir, no comercial, una visión de la evolución y, por tanto, de la Naturaleza, radicalmente distinta de la que nos han inculcado en nuestros estudios y que refleja con mucha mayor fidelidad la enorme complejidad que muestran los últimos conocimientos biológicos. Se está comprobando que la evolución es un proceso de “multiniveles”, porque el mundo natural está estructurado en sistemas de creciente complejidad, en los que la simbiogénesis es un factor fundamental de innovación en la evolución. Estas características se engloban, se pueden reflejar mediante la “Teoría de sistemas” y requieren la generación de avanzadas técnicas de estudio y el uso de potentes algoritmos capaces de acercarse a la enorme complejidad de las interacciones moleculares que se producen en el más diminuto proceso biológico. Parece que en unos pocos años nos podremos situar a la altura de la Física, la Química y las Matemáticas, que nos habían dejado anclados en el Siglo XIX con “explicaciones” mágicas que valen para todo.

En cuanto “a donde vamos”, no se puede saber, pero las nuevas concepciones científicas nos pueden dar alguna pista (que es la labor de la Ciencia): la evolución de los sistemas complejos es un proceso global que implica transformaciones acumulativas que experimentan cambios irreversibles. Cualquier cambio en una parte del sistema provoca ineludiblemente cambios correlativos en otras partes hasta lograr un nuevo tipo de estabilidad dinámica. Pero si la alteración (la desestabilización) es demasiado severa, los sistemas complejos tienen una reacción binaria: un “salto” en el nivel de complejidad o un derrumbe catastrófico. A vista de la situación del “ecosistema global” se supone que uno de los dos caminos es el que nos espera.

- Este año es el 200 cumpleaños de Darwin, ¿qué significó este personaje para comprender a los seres vivos?

Ante la avalancha de mitificaciones, medias verdades y mentiras completas que se pueden leer en las exaltaciones de la figura de Darwin en todo tipo de medios de comunicación, sería necesario un tratado de historia o de sociología o de filosofía para valorarlo. Pero hay otro medio más sencillo pero que, al parecer no se les ha ocurrido a muchos de sus veneradores: leer los textos de Darwin. Tanto “Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural o el mantenimiento de las razas favorecidas en la lucha por la supervivencia”, resumido “oficialmente” con el título “El origen de las especies”, como muy especialmente “La ascendencia del hombre y la selección en relación al sexo” transformado en “El origen del hombre”, resultan muy explícitos sobre las verdaderas ideas y el verdadero nivel científico de Darwin. Con esto sería suficiente. Pero como, por algún motivo que habría que explica,r sus apologistas no parecen mostrar mucho interés en que se le lea intentaré, brevemente, situar a Darwin en su contexto real: era un victoriano acomodado en el sentido más típico (es decir en cuanto a la concepción de la sociedad, ideología y visión del Mundo) aficionado a la Naturaleza., cuya única titulación era la de “subgraduado” en Teología. Su aportación a “la comprensión de la Naturaleza”, la selección natural, se basó en la observación de la selección de animales domésticos “peculiares”, según nos cuenta en su libro, en el que dice que este aspecto había sido “descuidado por los naturalistas”, lo cual es fácil de explicar, porque los naturalistas, que equivalían a los actuales biólogos, sabían que la selección artificial de los ganaderos es exactamente lo opuesto a lo que sucede en la Naturaleza, en la que los individuos que habitualmente se reproducen son los normales, no los “extraños”. Cuando publicó su famoso libro “Sobre el origen de las especies, etc.”, la evolución llevaba siendo estudiada científicamente en Europa (sobre todo en Francia y Alemania) más de 100 años, y había estudios sólidos y muy bien encaminados, pero estos conocimientos estaban circunscritos al ambiente académico.

La gran celebridad del libro de Darwin pudo tener relación con sus dos conceptos básicos para su explicación de la Naturaleza: “la lucha por la vida” de Thomas Malthus y “la supervivencia del más adecuado” de Herbert Spencer, cuyas visiones de la sociedad eran cualquier cosa menos filantrópicas. Los científicos de la época conocedores de la evolución no aceptaron, en su gran mayoría, estos planteamientos como explicación de la Naturaleza. Pero en una época de máximo esplendor de la revolución industrial y de la expansión colonial británica, tuvieron una magnífica acogida social como explicación “científica” de la situación. La consecuencia de esto es que, durante 150 años, envuelta en la hegemonía científica y cultural anglosajona, ha arraigado en el ámbito científico y social una concepción distorsionada de la Naturaleza (y de la sociedad) en las que reinan “el azar” y la competencia como motor de cambio (o “progreso”) dirigidas por algo tan misterioso y omnipotente como la selección natural (y “la mano invisible del mercado”, respectivamente) y en las que el premio es para “los más aptos”. Y el recurso al poder omnímodo de la selección natural para dar por explicados fenómenos complejos ha sido un obstáculo científico, un retraso para comprender lo que realmente hay en el fondo de esos fenómenos. Un obstáculo que se acentuó en los años 30 del siglo pasado con la invención de la llamada Síntesis “moderna”, una simplificación matemática basada en una idea simplista y errónea de la transmisión de la información genética y totalmente alejada de los fenómenos biológicos, con el único fin de mantener la idea de la selección natural, que era muy cuestionada por los evolucionistas.

Ahora, dejo que sea el lector el que responda a la pregunta.

- Decía Theodosius Dobzhansky que: “Nada tiene sentido en Biología si no es a la luz de la Evolución”. ¿Hasta qué punto influye la evolución en la vida diaria?

Hasta un extremo que, probablemente, Dobzhansky no podría imaginar. Por lo que he podido observar, para la mayoría de las personas interesadas en la evolución (y para muchos biólogos) es estudio de la evolución es algo “muy interesante”. Algo que intenta responder a nuestra curiosidad por conocer “cual es nuestro lugar en la Naturaleza”. Y, efectivamente, desde el punto de vista darwinista, desde el punto de vista de la evolución concebida como una serie de sucesos “al azar” se queda en eso, una “narración” contingente no susceptible de estudio científico, porque son sucesos no reproducibles ni falsables. Pero el estudio científico de la evolución no está encaminado sólo a saber “cómo ha sido”, sino que la comprensión de los procesos que han intervenido en ella nos debe llevar a comprender la Naturaleza en la actualidad. En el aspecto más general nos muestra que la idea del “azar”, que es en realidad desconocimiento, y la competencia como impulsora de la evolución son una caricatura de las ideas rectoras del “libre mercado”. Un científico debe elevarse sobre observaciones tan simples como que los ciervos “compiten por las hembras” o que los guepardos matan gacelas. Eso no tiene la menor relación con los cambios genéticos, embriológicos, morfológicos en suma, relacionados con la evolución. Los estudios sobre el resultado de estas interacciones entre los seres vivos de un ecosistema mediante modelos matemáticos nos indican que existen interdependencias de distintos niveles entre todos ellos, y que todos son imprescindibles, desde los números astronómicos de bacterias y virus del suelo y el mar hasta el último carroñero, para mantener el equilibrio. Que es el orden y no la competencia lo que rige los sistemas biológicos.

Desde el punto de vista práctico las implicaciones de los nuevos datos son enormes. Por ejemplo, las bacterias y los virus son considerados, en la visión convencional, patógenos, “competidores” que hay que eliminar. Esta visión proviene de que se descubrieron por el hecho de que provocaban enfermedades. Pero ahora se sabe que su condición de patógenos es extraordinariamente minoritaria y que se produce cuando alguna “agresión” ambiental altera sus actividades normales o naturales. Que han sido fundamentales en la evolución de la vida y que vivimos inmersos (en nuestro interior y en nuestro exterior) en un mar de bacterias y virus que cumplen (entre otras cosas) una labor fundamental en los ecosistemas y que son esenciales para el mantenimiento de la vida. Me temo que este no es lugar ni el momento adecuado para hablar de la implicación de los nuevos conocimientos en muchos problemas no resueltos (incluso creados) por la visión convencional. Sería demasiado largo y me temo que me estoy alargando excesivamente en las respuestas, pero tiene implicaciones en problemas como el peligroso aumento de la resistencia bacteriana a los antibióticos, el origen y la verdadera condición del SIDA, de la relación de los virus con el cáncer y el cáncer en general, de los problemas planteados por las vacunas, de la medicina convencional en general… Ya lo he argumentado con más extensión en otros sitios.

- Si se reconoce la evolución del ser humano, con toda la información que se posee cada vez más gracias al descubrimiento del genoma humano, ¿cómo pueden convivir el evolucionismo y el diseño inteligente?

El evolucionismo, es decir, el estudio científico de la evolución no tiene nada de qué debatir con la supuesta “teoría” del diseño inteligente. La actividad científica consiste en buscar explicaciones de los fenómenos naturales basadas en datos empíricos, verificables. Y normalmente, cuando se profundiza en los conocimientos se observa que los fenómenos naturales se muestran cada vez más complejos, más difíciles de explicar de una manera simple. No hay más que ver los fenómenos que explican la mecánica cuántica y la relatividad. Pues los fenómenos biológicos son más complejos que los puramente físicos, porque incluyen autoorganización, comunicación con el ambiente y reproducción. Lo que es absurdo desde el punto de vista científico es atribuir lo que no podemos explicar (por el momento) a un “diseñador”. La tarea de la Ciencia es llegar hasta donde nos lleven los datos y las técnicas disponibles y esperar que nuevos datos o métodos nos permitan seguir avanzando, como ha pasado siempre. Los últimos conocimientos y métodos eran impensables hace unos pocos años, y hay mucho que trabajar sobre ellos.

Otra cuestión, que parece que es por la que pregunta, es el debate que se ha importado desde Estados Unidos entre el movimiento creacionista de raíz conservadora y basada en la interpretación literal de la Biblia y los darwinistas. Es un debate más lógico, porque enfrenta dos poderes “sobrenaturales”. Se podría comparar con un debate entre dos sectas de una misma religión. Enfrenta dos ideas que, en el fondo, tienen la misma esencia y el mismo poder, el de explicar lo inexplicable, desde la existencia de los genes homeóticos que controlan el desarrollo embrionario, hasta la regulación génica o los fenómenos epigenéticos… todo existe porque “ha sido seleccionado”. Si uno se cree realmente lo que ha llegado a ser (en lo que han convertido a) la selección “como la de los ganaderos” acaba por construirle un templo. Es capaz de crear la vida, destruirla, dirigir el rumbo de la Naturaleza (Hombre incluido) elaborar los más recónditos y complejos fenómenos moleculares y procesos bioquímicos… Todo lo que no se puede conocer en profundidad, ha sido “creado” por la selección natural. Lo que resulta divertido visto desde fuera es que, en el fondo, los conservadores creacionistas y los darwinistas no sólo comparten la idea de un poder superior como explicación de la naturaleza, sino todo un conjunto de principios y valores culturales e ideológicos que podríamos enumerar con toda nitidez. Pero este es un tema de estudio para historiadores, sociólogos o filósofos. No afecta en absoluto a la práctica científica, que sigue su camino.

La única relación que puede tener este debate con la Ciencia es que los darwinistas, que se han lanzado a él con auténtico entusiasmo, lo utilizan para sembrar dudas sobre el carácter de “creacionista encubierto” de cualquier biólogo que intente rebatir científicamente el darwinismo y han trasladado a los medios de comunicación (por cierto, con mucho éxito) la falacia de que el que no es darwinista es creacionista, porque las críticas al darwinismo son “un ataque a la evolución”. Busquen en Internet el caso de Richard Dawkins y Richard Milton. Es muy significativo. Pero tengo la impresión de que esta es “la última pataleta” de los darwinistas para mantener su concepción que es más bien una creencia y que puede entorpecer algo el avance de los nuevos conocimientos, pero es ineludible un cambio en la concepción de los fenómenos de la vida (y muy necesario, dada la situación por la que atraviesa nuestro planeta).

-¿En qué punto se ve dónde acaba una especie y empieza otra? Es decir, ¿cómo un biólogo percibe cómo una especie procede de otra? ¿Cómo sabe quién precede a quién?

Antes de contestar a esta pregunta creo conveniente aclarar una confusión que deriva del título de la obra de Darwin “Sobre el origen de las especies….”. El origen de las especies es la especiación, una pérdida de interfecundidad sin cambios morfológicos sustanciales, es decir un aumento de variabilidad dentro del mismo patrón morfológico básico, pero esto no es evolución. Claro que Darwin no tenía muy claro que estaba hablando de evolución. Esta palabra no aparece hasta la sexta edición de su libro, a sugerencia de Huxley que era bastante más brillante que él (como él mismo reconoce en su autobiografía). La especiación no es “el primer paso para la evolución”, porque en el registro fósil hay miles de especiaciones observadas sin ningún otro cambio sustancial y cuando desaparecen lo hacen con una forma muy semejante a cuando aparecieron. La evolución implica cambios de organización corporal, y esto se produce mediante cambios en los programas de desarrollo embrionario. No puede producirse por acumulación de “pequeñas variaciones imperceptibles”. Hay una disciplina relativamente nueva, la Evo-Devo (evolución y desarrollo) que está obteniendo conclusiones muy interesantes al respecto.

Como esto me parece la parte fundamental de la respuesta, resumiré el problema que me plantea. Los métodos para conocer la relación entre distintas especies son, fundamentalmente, el registro fósil, que muestra dónde acaba una y comienza su (o sus) descendiente, la sistemática cladística, que estudia semejanzas y diferencias morfológicas mediante análisis matemáticos multifactoriales y los datos procedentes de los genomas secuenciados, pero estos dos últimos nos informan sobre un mayor o menor proximidad, no sobre descendencia.

-¿Qué es lo que impulsa el proceso evolutivo?

Según las últimas aproximaciones (ya mencionadas) al estudio científico de la evolución, los fenómenos que componen la vida, desde las células, los órganos y tejidos, los organismos, las especies y los ecosistemas, hasta la totalidad del ecosistema global que constituye la Tierra, están organizados en sistemas jerárquicos e interconectados cuyas propiedades y, por tanto su evolución responden a los conceptos de la Teoría General de Sistemas de von Bertalanffy: Según ésta, un sistema se define como un conjunto organizado de partes interactuantes e interdependientes que se relacionan formando un todo unitario y complejo. Entre los distintos tipos de sistemas, los seres vivos se ajustan a las características de los llamados "sistemas organísmicos u homeostáticos" (capaces de ajustarse a los cambios externos e internos) y están organizados en subsistemas que conforman un sistema de rango mayor (macrosistema). Los sistemas complejos adaptativos son muy estables y no son susceptibles a cambios en su organización, pero como mencioné anteriormente, ante un desequilibrio suficientemente grave, su respuesta es binaria: un colapso (derrumbe) catastrófico o un salto en el nivel de complejidad (debido a su tendencia a generar patrones de comportamiento global). Es decir: adaptación (ajuste al entorno) y evolución (cambio de organización) constituyen procesos diferentes.

La evolución parece corresponder a una tendencia muy general en la Naturaleza, apta para configurar sistemas abiertos, es decir, sistemas que tienen el potencial de intercambio de información con el exterior y de producir niveles emergentes y extensivos de organización, pero necesariamente basados en los establecidos con anterioridad. Se podría decir que la evolución es una propiedad intrínseca a la vida, como algo inevitable, consecuencia de sus características.

- ¿Es realmente la evolución egoísta como afirmaba Richard Dawkins?

Hay un libro muy interesante, “Las manchas del leopardo” de Brian Goodwin en el que éste, desde la perspectiva de un anglosajón (es decir, conocedor de qué habla) nos disecciona meticulosamente el componente cultural, concretamente calvinista, de concepciones como que “el egoísmo individual lleva al bien general”. La “ocurrencia” de Dawkins sobre que es el egoísmo del “gen” lo que hace funcionar a la naturaleza es una transcripción literal de la de Adam Smith, creador de la encantadora y filantrópica teoría del “libre mercado”. Según ésta, es el egoísmo del panadero o del cervecero el que hace funcionar a la sociedad. Pero si leemos el famoso libro de Dawkins “El gen egoísta”, podremos comprobar cómo lleva estas concepciones al límite de lo paranoico. Unas “explicaciones” de las relaciones entre los seres vivos, especialmente los humanos, entre padres e hijos, que parecen revivir las de un director loco de un hospicio de las novelas de la época victoriana.

Lo que resulta incomprensible (aunque en la cultura anglosajona quizás no lo sea tanto) es la aceptación que tuvo la idea, que algunos siguen manteniendo, de que el ADN es “egoísta”. El ADN no es competitivo, ni triunfador, es una molécula que por sí sola es inerte (actualmente se puede comprar y es una especie de masa viscosa) y su actividad depende de complejas interacciones con otras moléculas, fundamentalmente, ARN y proteínas, y en un medio convenientemente delimitado (aunque no aislado) del exterior. Con los conocimientos actuales sobre la funcionalidad del genoma no creo que merezca la pena perder un segundo más hablando de esta “teoría”. Lo que sí quisiera mencionar es que ha sido un lastre más en el estudio de la genética en particular y de la evolución en general. La idea de que el ADN dirigido por su egoísmo y por la competencia con “otros genes” tendía a “expandirse por el genoma” llevó a la concepción de que los elementos repetidos y otros componentes que constituyen el 98,5% de la totalidad del genoma y en los que están las verdaderas claves para explicar las diferencias entre los organismos, era ADN “basura” o “chatarra”, y, por tanto quedó durante muchos años fuera del foco de estudio. En algún sitio he escrito que la “teoría” del gen egoísta ha sido la segunda gran catástrofe de la historia de la Biología. También he leído en revistas científicas anglosajonas ácidas críticas a esta “narración neodarwinista” como responsable de esta obstrucción al progreso de los conocimientos.

Lo que sí es significativo es que la actividad de Dawkins se ha centrado últimamente de un modo exclusivo en el debate creacionismo-darwinismo (evolución en su astuta denominación), y a “demostrar científicamente” la inexistencia de Dios, lo que no tiene el menor sentido. Incluso al patrocinio autobuses con simpáticos lemas de su propio bolsillo. Es posible que se dedique a esto para no tener que discutir con científicos sobre su teoría…

- ¿Crees que los avances en la investigación del ADN permitirán dar un paso en la evolución de las especies?

Intuyo que esta pregunta se refiere a que si los avances en el conocimiento de los genomas nos permitirán “controlar” o “dirigir” la evolución, porque he leído afirmaciones de este tipo emitidas por algunos científicos en los medios de comunicación (he leído cosas tan absurdas como que “cambiando los genes” se podrá alargar la vida, crear gente más inteligente y productiva, incluso insertar los genes con los que las lagartijas regeneran la cola para regenerar miembros amputados). Mi respuesta es NO. Para abreviar mis largas y probablemente aburridas respuestas voy a limitarme a transcribir literalmente la explicación de los expertos que han realizado el análisis de la máxima resolución alcanzada hasta ahora sobre los mecanismos de regulación y control de los genomas, el proyecto ENCODE: “los genes tienen muchas formas alternativas y un mismo gen puede dar lugar a proteínas distintas dependiendo de cómo se combinen las distintas regiones. Estas regiones del genoma analizadas están muy interconectadas unas con otras, mientras que la idea que tenían hasta el momento los científicos era que los genes estaban claramente delimitados. En el genoma, todo un conjunto de instrucciones dictan cómo son las características de los seres vivos. Los científicos no sabemos muy bien cómo leer esas instrucciones y qué regiones del genoma son las que realmente codifican esas instrucciones. La mayor parte del genoma tiene actividad es decir, no está “silencioso”, lo que echa por tierra la idea de que una gran parte del ADN sería algo así como “basura”, sin función alguna”. No parece necesario argumentar que lo razonable sería esperar a conocer cómo se controla realmente la información genética antes de manipular y alterar procesos que no podemos controlar (como se ha comprobado repetidamente). Eso, en el caso de que realmente el camino sea intentar cambiar supuestos “genes” defectuosos y no sea más razonable investigar por qué se han producido esas alteraciones para evitarlas. Creo que el problema de fondo es que se han invertido enormes sumas desde grandes empresas privadas en investigaciones enfocadas con fines comerciales, cuyos planteamientos estaban basados en la antigua concepción del “gen” como una entidad independiente (y quizás esto esté detrás del gran apoyo mediático a la concepción darwinista de la Naturaleza). He leído a un prestigioso experto en este campo la afirmación de que las manipulaciones genéticas “al azar” no son más que la aceleración de los procesos que se producen en la Naturaleza. También a otro prestigioso y premiado experto afirmar que cambiar genes es algo “trivial”. El problema es que se refería a cambiarlos en una mosca del vinagre, cuyos problemas provocados por este cambio no importan demasiado y que normalmente muere enseguida. Pero ya hemos tenido suficientes ejemplos de muertes de pacientes (en algún caso muy jóvenes) en experimentos de “terapia génica”, de supuestos contagios de SIDA a pacientes sometidos a estos, también supuestos, cambios de “genes” e incluso a la petición, por parte de los “especialistas” en este campo, de que no se informara de las muertes de pacientes sometidos a “terapia génica”.

Me temo que a los biólogos que estamos en contra de estas manipulaciones no nos queda otra alternativa (dada la inferioridad de condiciones con respecto a las grandes empresas, y los que trabajan para ellas, para hacer llegar a la población estos problemas) que esperar a que se derrumben sus acciones en la Bolsa por falta de resultados. El problema es que cabe la posibilidad de que alguna de estas manipulaciones sin control produzca algún desastre.

lunes, 26 de enero de 2009

Máximo Sandín: Darwin, las ideas dominantes y los que dominan (tercera entrega)

DARWIN, LAS IDEAS DOMINANTES Y LOS QUE DOMINAN

Tercera entrega: FICCIÓN: ENTRE “UN MUNDO FELIZ” Y “LA CONJURA DE LOS NECIOS”

Máximo Sandín


Para la tarea de hoy, partiremos de algunos datos de la entrega anterior, pero analizándolos desde otra perspectiva (también es un mandato de la UNESCO, que parece razonable tener en cuenta) y, para no levantar sospechas sobre la auntenticidad de dichos datos, transcribiré literalmente los comentarios de Roderic Guigo, uno de los participantes en la investigación que ha llevado a cabo el estudio de la máxima resolución obtenida hasta la fecha sobre el control de la información genética, el proyecto ENCODE: “Los genes tienen muchas formas alternativas y un mismo gen puede dar lugar a proteínas distintas dependiendo de cómo se combinen las distintas regiones. Estas regiones del genoma analizadas están muy interconectadas unas con otras, mientras que la idea que tenían hasta el momento los científicos era que los genes estaban claramente delimitados. En el genoma, todo un conjunto de instrucciones dictan cómo son las características de los seres vivos. Los científicos no sabemos muy bien cómo leer esas instrucciones y qué regiones del genoma son las que realmente codifican esas instrucciones”.

Estos son los datos reales de que disponemos. Y ahora, reclamo la atención de mi amigo lector, el científico “freelance”, para que analice conmigo la relación de estos datos con “la verdad revelada”: el darwinismo. La base teórica actual para la explicación de la evolución, la que se enseña en las universidades, es el llamado neodarwinismo o “Síntesis moderna”. El término “moderna” se refiere a los años 30, lo que resulta una denominación muy adecuada, porque este era el espíritu de “las alegres chicas del can-can”. Los conocimientos que, en aquella época, existían sobre genética se basaban en “las leyes de Mendel”, elaboradas sobre deducciones de lo que se podía observar en el aspecto externo de los individuos, ya fuera la piel de los guisantes, el pelo de los ratones o “el pico de viuda” en el Hombre. Se llegó a la conclusión de que cada “gen” era una entidad delimitada situada en los cromosomas como las cuentas de un collar y que producía directamente un carácter con dos alternativas (dominante y recesiva). Unos matemáticos se inventaron (pero eso será otra historia) unas fórmulas basadas en las probabilidades de obtener cara o cruz en una moneda lanzada al aire (infinitas veces, por cierto). Si también te inventas una ligera ventaja para una de las caras (uno de los “alelos”) ¡hop!, con el tiempo ese alelo será único. Habrá sido “seleccionado”. El resto de la evolución sería “cuestión de tiempo”, como afirma F. J. Ayala, el más prestigioso y galardonado estudioso y docente vivo de la “Genética de poblaciones”.

Pero hay otra versión mas “moderna” y fantasiosa del darwinismo (porque los dawinistas utilizan distintas versiones adecuadas para explicar cada caso, y cuando no se encuentra una explicación es, simplemente, “porque ha sido seleccionado”). Me refiero a la “teoría” del “Gen egoísta”, del también prestigioso zoólogo Richard Dawkins, que ahora ocupa en Oxford la “Cátedra Simonyi para la comprensión pública de la Ciencia”, un puesto creado ex profeso para él. Según ésta, la unidad de evolución es “el gen”, y los organismos somos “máquinas de supervivencia” creadas por nuestros genes para competir con otros genes y propagarse debido a su carácter “egoísta”. Según la sentencia de Dawkins “Toda máquina de supervivencia es para otra máquina de supervivencia un obstáculo que vencer o una fuente que explotar”. Aquí, podría continuar: “Analicemos la frase”, pero no creo que merezca la pena, porque tenemos otra tarea: ¿Cómo encajan los datos reales con las concepciones darvinistas sobre “el gen”? ¿Porqué en los grandes medios de comunicación y en las revistas científicas se anuncian constantemente las grandes ventajas que nos van a proporcionar las manipulaciones y cambios de genes y los grandes avances de la industria biotecnológica? ¿Porqué nuestros científicos más prestigiosos afirman que cambiar genes “es algo trivial” o que cambiando nuestros genes conseguiremos vivir 200 años, o que podremos seleccionar las características de nuestros hijos, o que conseguiremos crear “gente más inteligente y productiva? ¿A quienes se los pretendían cambiar? ¿A toda la Humanidad o a los que pudieran pagarlo?

Una vez respondidas las preguntas, pasemos al desarrollo del siguiente tema (disculpe el lector, pero no puedo evitarlo. Son muchos años): Los periodistas científicos (o los científicos periodistas) que trabajan para los grandes medios de comunicación no se cansan, durante lo que llevamos de año, de exaltar la fecha histórica para la Humanidad del aniversario de Darwin con valoraciones de sus aportaciones científicas, datos biográficos y titulaciones, digamos que “poco precisas”. Pero tampoco de transmitir al público la idea de que no existe debate científico en torno al darwinismo y que el único debate existente es contra los creacionistas, por lo que cualquier crítica al darwinismo (que identifican torticeramente con “la evolución”) es sospechoso de estar dirigido por unas ideas creacionistas más o menos encubiertas. Tampoco se cansan de seguir alabando los grandes logros de la iniciativa privada en los progresos de la biotecnología y nos auguran grandes beneficios futuros. Las preguntas de este tema son: ¿Se trata de una falta de actualización sobre los conocimientos científicos? ¿Desconocen los datos reales más recientes? Si no es así ¿Cuál puede ser el motivo de estas “informaciones”?

Pregunta para nota: Sin recurrir a documentación, deducir a qué se dedican últimamente de modo exclusivo las actividades y conferencias relacionadas con la evolución de Dawkins y Ayala.

Nota:

La primera entrega de esta serie puede leerse aquí; la segunda aquí.
-ZC

viernes, 23 de enero de 2009

Marxism Unmasked: La crítica de Ludwig von Mises al marxismo y al socialismo


El filósofo y economista austríaco Ludwig von Mises dio, en los años 50s, una serie de conferencias y charlas sobre el marxismo. Estas conferencias han sido recogidas en este libro que se titula "Marxism Unmasked", y que puede descargarse en línea aquí.

Este libro es una de las mejores críticas teóricas que he leído contra el marximo, porque:

-Mises critica las tesis centrales de esta teoría, tal como fue formulada por Marx y Engels.

-No tergiversa ni malinterpreta las ideas objeto de crítica.

-Los argumentos que emplea son sólidos, y constituyen a mi modo de ver una refutación definitiva de las ideas básicas del marxismo ortodoxo.

Esto no significa que todo en el marxismo sea estéril. Yo creo que hay herramientas teóricas en el marxismo que son útiles para analizar algunas cuestiones sociales; pero las tesis centrales de esta concepción del hombre y la sociedad me parecen bastante inadecuadas por algunas de las razones que Mises explica en este libro.

Otro aspecto que debe tomarse en cuenta, es que uno puede estar de acuerdo con Mises en su crítica al marxismo, pero en desacuerdo con su alternativa de un pleno liberalismo. La razón de ello es que sus críticas no necesariamente presuponen la verdad del neo-liberalismo, sino que la mayoría de sus argumentos rebaten lógica y factualmente las ideas centrales del marxismo sin derivar tal refutación de la concepción liberal del hombre (aunque también los argumentos de Mises contra el marxismo pueden emplearse, y de hecho se emplean, a favor del liberalismo)

Yo pienso que este libro deberían leerlo y estudiarlo tanto los socialistas como los social-demócratas y neo-liberales, porque es intelectualmente enriquecedor para todos, con independencia de la ideología de cada uno.

También considero que este libro debe complementarse con la lectura del artículo de Mises "Cálculo Económico en el Sistema Socialista", donde se argumenta que el socialismo (entendido como un sistema donde los medios de producción están en manos del Estado como planificador central) es un sistema donde el cálculo económico es imposible, porque no hay un mercado donde surjan precios monetarios que permitan asignar adecuadamente los recursos. Al no ser posible tal cálculo económico, el "planificador central" (Estado) no podrá asignar económicamente los recursos, porque no tendrá una base racional para efectuar la evaluación de acuerdo a las necesidades sociales y a la dinámica económica. Si esto es correcto, entonces el socialismo es un sistema intrínsecamente ineficiente (independientemente de que, moralmente, sea desable al predicar valores como la igualdad, el bien común, oportunidades para todos, etc.)

En este punto, es importante comprender que el argumento de Mises no es ético ni filosófico, sino económico. Él no está diciendo que el socialismo es "malo", "desagradable", u otro adjetivo que apruebe o desapruebe este sistema social. Su punto es que, económicamente hablando, el sistema es intrínsicamente inferior comparado con el sistema capitalista en el cuál rigen precios monetarios que sirven de base para el cálculo económico de los agentes de la economía.

Generalmente los debates socialismo vs. capitalismo giran en torno a juicios de valor. Los socialistas acusan a los capitalistas de ser "individualistas", "egoístas", "desinteresados de los problemas de la gente pobre", etc. Los capitalistas, a su vez, acusan a los socialistas de ser "autoritarios", "resentidos", "hipócritas al predicar amor a los pobres pero enriquecerse cuando llegan al poder", etc. Estos adjetivos y calificativos pueden ser correctos o no aplicados a ambas partes, pero científicamente son totalmente irrelevantes.

De lo que se trata es de determinar objetivamente si el socialismo es superior al capitalismo o viceversa, y qué criterios debemos emplear para efectuar dicho juicio.

Mises propone centrar el análisis en un aspecto que para él (y yo coincido) es central: el aspecto económico. El socialismo, como ideal, puede ser perfecto e inmaculado, pero ¿es realizable? ¿Cómo funciona económicamente una sociedad socialista?

En este punto (y esto es algo que muchos socialistas pasan por alto) vale la pena acotar que Carlos Marx y Feredico Engels nunca explicaron cómo funcionaría la sociedad comunista. Se limitaron a analizar el capitalismo, y concluir que invitablemente él llevaría (debido a sus contradicciones internas) a una sociedad sin clases. Pero nunca explicaron como funcionaría esa sociedad (en su libro "Crítica al Programa de Gotha", Marx da algunas pinceladas en ese sentido, pero son muy escuetas y nada satisfactorias, y sobre todo, nada convincentes para un lector que no esté ideológicamente prejuiciado a favor del marxismo).

Por otro lado, la predicción de Marx presupone que el marxismo es correcto; y precisamente, esa suposición es la que es refutada en el libro de Mises que aquí comentamos (yo concuerdo con Mises sobre el marxismo; y he ofrecido mi opinión al respecto en otro post). Además, tal predicción nunca se ha cumplido, y no existe la más mínima evidencia de que se cumpla en los próximos años.

Lo anterior pareciera indicar que el "caso contra el socialismo" está cerrado, y que ya ha ganado el capitalismo. Esto puede ser verdad, pero yo no cantaría victoria tan rápido. Yo no descarto que puede formularse algún tipo de sistema socialista que no se base en las fallas teóricas y políticas del marxismo, pero que al mismo tiempo mantenga los ideales socialistas de igualdad de oportunidades, respecto al hombre por encima del "mercado", etc.

Aun cuando el capitalismo fuese superior al socialismo, esto no inmunizaría al capitalismo de sus fallas y problemas. Por ejemplo, en el ámbito de la medicina, se puede ver como el "negocio" de la salud que mantiene la industria farmacéutica provoca un sometimiento de la investigación médica limitándola a aquello que sea económicamente rentable. Este negocio de la salud se acrecienta y alimenta con la existencia de la enfermedad, no con su erradicación (ya que esto último acabaría el negocio).

Por tanto, dejando el asunto de la salud en manos del "mercado" (como actualmente lo está), corremos el riesgo, como humanidad, de suicidarnos, al dejar que las ganancias de unos pequeños grupos tengan preeminencia por sobre la salud de los seres humanos, en especial de los que tienen menos recursos.

El capitalismo puede ser económicamente superior al socialismo (y croe que la evidencia histórica apoya esta idea, al menos en lo que respecta a la capacidad de producir bienes y servicios), pero eso no concluye el debate. El ser humano depende de la economía, pero no se reduce a ella; y la eficacia económica no implica idoneidad moral ni ética, y la existencia de un sistema económicamente superior no supone que sea necesariamente más justo o mejor (en planos diferentes al económico, pero tan o más humanos que éste).

Por eso es que creo que el debate socialismo vs. capitalismo debe realizarse de forma franca, examinando con la mayor objetividad posible los pros y contras de cada uno, sin dejarse llevar por prejuicios emocionales o ideológicos.

Aunque yo creo que el marxismo ha sido esencialmente refutado tanto en el plano teórico como histórico-práctico (y que los movimientos neo-comunistas actuales de algunos países sudamericanos son potencialmente destructivos), me mantengo agnóstica sobre las bondades del capitalismo como la única vía posible o deseable. Yo creo en la libertad humana, pero en la de todos, no solamente en la de quienes tengan más capital o más poder económico.

jueves, 22 de enero de 2009

David Copperfield: ilusionismo y magia llevados a una nueva dimensión

David Copperfield, el conocido mago e ilusionista, realiza trucos y funciones de magia que son bien conocidas por los magos profesionales; pero la creatividad y originalidad usada para realizarlas son muy peculiares, y no son muy frecuentes en la mayoría de sus colegas (aunque los magos de Las Vegas hacen a veces shows muy parecidos).

Aquí coloco videos de algunas de las mejores ilusiones de Copperfield:







miércoles, 21 de enero de 2009

Ciberperiodismo: Santiago Tejedor Calvo y su libro La enseñanza del ciberperiodismo: De alfabetización digital a la alfabetización ciberperiodística



Los comunicadores sociales, periodistas y estudiantes de estas carreras deberían leer y estudiar detenidamente este libro.

En él se aborda el tema del "Ciberperiodismo", o el periodismo que se realiza en el contexto del internet y del mundo digital. Debido a que el internet es cada día más influyente, los profesionales de la comunicación y el periodismo deberían contar con las herramientas conceptuales y teóricas para abordar de forma competente esta nueva realidad.

Los científicos consideran que el internet modificará las relaciones sociales en los próximos años, en una forma que nadie puede prever, ya que se fusionarán la realidad "real" y la realidad del internet en las actividades diarias. En un artículo de la página científica tendencias21, se dice que "la sociedad está cada vez más conectada. En 2020, lo estará hasta tal punto que, en opinión de un 56% de los expertos, las divisiones entre el tiempo privado y el tiempo de trabajo, así como entre la realidad física y la virtual, se habrán difuminado. Las relaciones sociales básicas de las personas con acceso a Internet sufrirán un impacto inevitable"

Si esta predicción estimada por los especialistas se consuma, entonces es evidente el impacto que ello tendrá para los profesionales de la comunicación (y de hecho, para cualquier persona). Por ese motivo, los profesionales del periodismo y la comunicación, y en especial los estudiantes de estas áreas, deben irse preparando desde ya para esa realidad que les tocará enfrentar en su función profesional.

Algunos profesores en las facultades de comunicación y periodismo tienden a omitir esta nueva realidad. Reconocen su existencia, pero no su impacto potencial en la formación de los profesionales de comunicación y periodismo. Esto se traduce en el hecho de que no se impartan cursos o materias donde se aborde a fondo esta realidad, y sobre todo, se entrene a los alumnos a adecuar sus conocimientos técnicos en comunicación a la nueva realidad del mundo virtual.

Recomiendo a todos los comunicadores y estudiantes de comunicación y periodismo que busquen este libro y lo estudien bien; y que lo recomienden a sus colegas y compañeros.

Este libro es probablemente el mejor y más exhaustivo libro académico en existencia (en idioma español) sobre el ciberperiodismo.

A continuación, les dejo unos breves videos sobre los retos del ciberperiodismo:




Dean Radin: El proyecto de la conciencia global

En el siguiente video, podrán ver y escuchar un breve video del parapsicólogo experimental Dean Radin, hablando sobre el proyecto de la conciencia global, que busca investigar experimentalmente la posibilidad de que las conciencias individuales estén interconectadas, y que ello tenga repercusiones globales en el mundo.

Dean Radin es el autor de dos libros altamente recomendados:

-The Conscious Universe

-The Entangled Minds.

Las personas interesadas en el estudio de la conciencia, debería tener estos libros en su biblioteca.


Ciberfilosofía: estudio de los problemas filosóficos del internet y el mundo virtual


En este momento estoy empezando a leer el libro "Cyberphilosophy: The intersection of computing and philosophy" que explora el nuevo campo conocido como "Ciberfilosofía", o la rama de la filosofía que tiene por objeto el estudio de los problemas filosóficos asociados con el mundo virtual y el internet.

Algunos de los problemas relacionados con esta nueva disciplina son:

-El problema de la identidad virtual (o el tipo de identidad que asumen los usurios en la web, y cómo ello se diferencia o asemeja a su identidad real, y los problemas filosóficos que todo ello plantea)

-La libertad en la web.

-La ética de los usuarios de internet. Los que están familiarizados con el internet, saben que en el mundo virtual existen diversos tipos de personas, cuyas conductas no siempre reflejan un comportamiento ético. Esto está directamente relacionado con la psicología también, ya que mucha gente con problemas psicológicos, conductuales o sociales (ansiedades, miedos, frustraciones, inhibiciones sociales, problemas comunicativos, de autoestima, soledad, etc.) encuentran en el anonimato y distanciamiento relativo que ofrece la web un medio para dar rienda suelta a sus frustraciones, prejuicios, resentimientos o otros aspectos pertenecientes al lado más oscuro y despreciable de su personalidad, que en su vida real mantienen solapados pero que afloran en su máxima y más cruda expresión en la web.

-La relación entre el ser humano y las máquinas (ordenadores)

-La naturaleza del proceso comunicativo en la web (ej: mediante chats, correo electrónico, blogs, foros de discusión, etc.)

-Cómo el mundo virtual ofrece nuevos ámbitos de investigación filosófica, y cómo diversas ideas de la filosofía influyen en el mundo de la web.

Estos son algunos de los problemas que trata esta nueva disciplina, que se encuentra todavía en formación.

Los que tienen interés en la filosofía, sea porque estudian formalmente esta disciplina (o ven algún curso o materia filosófica en la Universidad), o porque tengan un interés aficionado en ella, podrán encontrar de mucho provecho este libro.

Para mí la filosofía es un disciplina que busca básicamente reconocer, y si es posible, ampliar los límites de nuestro intelecto e imaginación, explorar las fronteras de lo conocido o cognoscible, ser un instrumento para la autocorrección permanente y la liberación de dogmas y prejuicios, además de ser un medio útil para vivir mejor (por lo que tiene un valor intrínseco así como también un valor instrumental). Desafortunamente, en muchos textos filosóficos y en algunos seguidores aficionados de la filosofía, lo que encontramos es un apego ideológico a una cierta cosmovisión, a un cierto sistema de filosofía que ofrece respuesta a todos los problemas actuales o potenciales sobre la realidad (y considerado implícita o explícitamente como "el verdadero"), lo que da un falso sentido de seguridad y confianza sobre cuestiones que quizás no se conozcan con precisión, o sean controversiales debido a las limitaciones actuales de nuestro conocimiento, o a la dificultad intrínseca del problema tratado.

Esto es comprensible desde una perspectiva psicológica, ya que el ser humano busca seguridad emocional, y algunos encuentran sosiego emocional y existencial en el desarrollo o uso del intelecto. Parte de esa búsqueda de seguridad emocional por vía intelectual puede consistir en hacer "predecible" el mundo, o reducir a la mínima expresión la incertidumbre. sobre cuestiones básicas de la vida (quien soy, qué sentido tiene la vida, de qué está hecho el mundo, qué valores definen mi realidad, etc.) Pero filosóficamente, parece deseable aprender a familizarizarse con la incertidumbre (aun cuando ello sea incómodo), porque muchas de las cuestiones que plantea la filosofía (y la vida) no dan lugar a certezas ni dogmas ni a grandes convencimientos (aun cuando algunos "sistemas filosóficos" hagan ver lo contrario a sus seguidores; la sola existencia de sistemas fillosóficos diversos, con visiones incompatibles sobre el mismo problema, revelará al observador externo y no sesgado ideológicamente a favor de alguno de estos sistemas que los problemas de la filosofía no son de tan fácil solución como algunos lo pintan; que cada uno de los temas debatidos son frecuetemente reformulados y cuenta con seguidores hábiles en cada sistema; y que suele ocurrir que muchos grandes seguidores de un sistema se "cambien" a otro sistema después de muchas décadas de reflexión)

Y peor aun, algunos usan la filosofía para justificar ante sí mismos (y antes los demás) ideas preconcebidas que ostentan por motivos no racionales (ej: casi siempre emocionales, o derivados de la psicología individual o el temperamento). Por ejemplo, existen personas de talante dogmático y autoritario (casi siempre muy inseguras de sí mismas, lo que compensan con un ego exaltado y una buena dosis de arrogancia), que no pueden asumir psicológicamente la incertidumbre o la falibilidad; por lo que fácilmente se agarran de cualquier clavo ardiente que les ofrezca respuestas definitivas a los grandes problemas, y los haga por tanto poseedores privilegiados de la "verdad" (esto de paso les sirve de excusa para menospreciar otras personas, a quienes se consideran como inferiores; siendo esto para el ego ensimismado, exaltado y arrogante un alimento y satisfacción equivalente a lo que el agua hace a favor de alguien que esté muriendo de sed). Este tipo de personas tiende a ser seguidora de algún sistema filosófico, y a creer que todos o la mayoría de los problemas de la filosofía ya han sido resueltos por el creador del sistema (aunque no todo el que siga algún sistema de filosofía sea necesariamente así).

Lo más grave de esto es que los seguidores convencidos de estas ideas no notan en sí mismos esta limitación, porque justamente el sistema de filosofía que siguen es autocontenido, es decir, se contiene a sí mismo en una forma en que no puede ser juzgado por criterios externos a dicho sistema sino solo por sus propios citerios (ya que tal sistema ofrece respuestas reales o potenciales a todo, especialmente a las posibles críticas que puedan dirigirse a él; por lo que los que siguen tal sistema no puede reconocer en ellos mismos la limitación intelectual que se han autoimpuesto, la incapacidad de pensar "out the box"). La diferencia entre los seguidores de estos sistemas y el dogma de algunas religiones, es que los primeros presentan sus ideas en el nombre de la razón y los segundos de alguna verdad revelada (pero psicológicamente, ambos tipos de seguidores tienden a parecerse, especialmente en cuanto al fanatismo y la certeza con la que predican y creen sus ideas).

Quien no siga un sistema filosófico de este tipo, será libre tanto de considerar los aspectos positivos o negativos de tal o cual sistema, como de "ponerse en el lugar del otro" al momento de estudiar nuevas ideas sobre el tema que fuese. Esta habilidad es muy difícil de desarrollar, y aun quienes estén entrenados en ella puede encontrarse, eventualmente, en actitudes dogmáticas hacias sus posiciones favoritas. Esto es casi inevitable, somos humanos... Por otro lado, es improbable que haya una persona 100% objetiva; por lo que sería un error considerar que quien esté libre de algún sistema de filosofía será necesariamente más objetivo que los demás. La única ventaja que tiene es que no está intelectualmente limitado por la creencia en un sistema filosófico que le prometa responder todo o casi todo.

La filosofía, cuando se usa como instrumento de autocorrección permanente, tiene una utilidad práctica de gran valor.

Como en otras cosas, el uso que el ser humano haga de los instrumentos que tiene a la mano no depende únicamente de los instrumentos en sí, sino de él mismo. Por ello, más que un instrumento para el dogma, la filosofía para mí es un instrumento para la exploración e investigación permanente.

Y en definitiva, es también un instrumento para la sabiduría práctica, que permita tener una vida mejor y feliz.

Libros recomendados:

Los que que quieran conocer algo más de filosofía, pueden beneficiarse de la lectura de los siguientes libros introductorios:

-Lecciones preliminares de filosofía (autor: Manuel García Morente). Este libro se consigue en las librerías, y puede también comprarse en librerías onlie (por ejemplo aquí)

-Teoría del conocimiento (autor: Johannes Hessen). Hay una versión digital gratuita que puede descargarse aquí.

Los que quieran más información sobre libros introductorios en estas materias, me pueden escribir al correo electrónico para darles algunas sugerencias de lectura adicionales. Pero creo que los dos libros anteriores son la mejor y más sencilla introducción a ciertos temas centrales de la filosofía.

Máximo Sandín: Darwin, las ideas dominantes y los que dominan (segunda entrega)

DARWIN, LAS IDEAS DOMINANTES Y LOS QUE DOMINAN

Segunda entrega: Algunas preguntas que algún día se habrán de responder

Máximo Sandín


La oleada, el tsunami, en la terminología de un colega, ferviente darvinista, comenzó a dar señales de alarma el pasado año, pero en 2009 se va a manifestar con toda su fuerza arrolladora, ante la que no hay tiempo para detenerse a pensar. Prácticamente, no transcurre un día del primer mes del año en el que alguno o todos los grandes medios de comunicación no publiquen alguna elegía a Charles Darwin “el gran científico y naturalista que, con su gran obra, la teoría de la evolución, sentó las bases de la sociedad y la ciencia moderna”. La inundación de homenajes, conferencias, actos universitarios, exposiciones, libros y hasta una película de Hollywood nos va a obligar a los biólogos que no compartimos esta veneración por el hombre providencial que nos trajo “la verdad”, a buscar un promontorio donde poder encontrar algo de aire fresco; pero también, desde el que podamos continuar enviando desesperados mensajes en una botella.

Esto es lo que pretendo hacer, con tanta obstinación como desesperanza, a lo largo de este año: enfrentarme al tsunami firmemente aferrado al bolígrafo y al mazo de folios (cuyas condiciones de flotabilidad son escasas). Pero no es mi intención convertir esta supuesta serie de escritos en sesudas demostraciones de erudición y menos predicar verdades incuestionables (eso lo hacen los predicadores). Mi intención es compartir con los (supuestos) lectores, en la medida de mis posibilidades, o de mis capacidades, el aspecto fundamental del verdadero trabajo de los científicos: la duda metódica, es decir, “someter las teorías vigentes a un constante análisis crítico” (Declaración de la UNESCO y La Asociación Científica Internacional, 1999), un mandato seguido con tanto entusiasmo como abundantes frutos por disciplinas como la Física, la Química y las Matemáticas pero que, por algún extraño motivo (pero alguno habrá), en el campo de la Biología no sólo parece olvidado, sino que su práctica es perseguida de una forma implacable.

Pero no se sientan abrumados por la labor “científica” que les propongo. Los científicos somos gente bastante normal. Se trata de algo que está al alcance de cualquier persona que disponga de algo de tiempo y una mínima capacidad de reflexión, y más cuando la teoría vigente es tan “sencilla”. Simplemente consiste en observar los hechos y hacerse preguntas. Por ejemplo:

¿No resulta, cuanto menos, intrigante, tan desproporcionado despliegue en los grandes medios de comunicación de alabanzas y homenajes, jamás concedido a ninguno de los grandes pensadores y científicos de la Historia, y más cuando el personaje en cuestión se trata de un naturalista aficionado del Siglo XIX?

¿No parece extraño que en el Siglo XXI, existiendo progresos en la profundización del conocimiento como los aportados por la Mecánica cuántica y la Relatividad todavía existan debates y discrepancias entre los científicos y se busque una teoría unificadora con la (para muchos, incomprensible) Teoría de las Supercuerdas, mientras que en la Biología está todo explicado desde el siglo XIX mediante el poder omnímodo de algo tan simple como el concepto de selección natural?

¿No es difícil de asumir desde una mínima racionalidad que la increíble complejidad de los fenómenos biológicos que comprenden (que deben cumplir) las “leyes” de la Física, la Química y las Matemáticas pero que, además tienen capacidades de autoorganización y reproducción se hayan tenido que producir, obligatoriamente, “al azar”?

¿Se puede encontrar alguna afinidad entre el azar y la competencia gobernados por la selección natural como motor de la Naturaleza y la libre iniciativa y la competencia gobernadas por “la mano invisible del mercado” como rectora de la sociedad? Es decir: ¿Existe algo en común entre “el pensamiento único” económico y “el pensamiento único” biológico?

Y, finalmente (por el momento), si tenemos en cuenta que los descubrimientos recientes (porque han habido más descubrimientos en Biología que en las otras tres disciplinas juntas) han puesto de manifiesto el carácter fragmentario y combinatorio de la información genética (es decir no existe “el gen de” sino secuencias génicas que se combinan, interactúan y se autorregulan), la complejidad indescifrable de los mecanismos que controlan esta información y su interacción con factores ambientales. Si existen decenas (probablemente centenas) de miles de secuencias pertenecientes a virus insertados en nuestros genomas. Si tememos en cuenta que vivimos literalmente inmersos en una inconcebible cantidad de virus y bacterias que cumplen una imprescindible labor de información y control en los ecosistemas… ¿Porqué se mantiene la obsoleta concepción del “gen” como una unidad de información independiente? ¿Porqué se siguen “descubriendo” genes de la obesidad, o de la calvicie, o de la inteligencia o “la proteína del amor”? ¿Porqué las grandes multinacionales farmacéuticas patentan “genes” y proteínas implicados en patologías? ¿Porqué las multinacionales de la “biotecnología” siguen produciendo animales y plantas “transgénicos” introduciendo en sus genomas secuencias ajenas mediante virus y plásmidos? ¿Por qué sigue la lucha implacable, la desestabilización de sus funciones, contra las bacterias y los virus? ¿Por qué el empeño en transmitir a la sociedad que la Naturaleza es un campo de batalla en el que sólo hay sitio para los “más aptos”?

Aquí termina la tarea por hoy. Dejo que el lector (espero que, al menos, uno) extraiga sus propias conclusiones, pero no puedo evitar permitirme adelantarle el trabajo con una pequeña pista: Esta marea de mitologías y verdades reveladas, toda esta enorme confusión ¿a quién beneficia?

Nota:
La primera entrega de este artículo puede leerse aquí.
-ZC

Máximo Sandín: Darwin, las ideas dominantes y los que dominan (primera entrega)

Darwin, las ideas dominantes y los que dominan
Máximo Sandín

"Los maestros calumnian a la Naturaleza: La injusticia, dicen, es Ley Natural.... Por Ley Natural, comprueban Richard Herrnstein y Charles Murray, los negros están en los más bajos peldaños de la escala social. Para explicar el éxito de sus negocios, John D. Rockefeller solía decir que la Naturaleza recompensa a los más aptos y castiga a los inútiles; y más de un siglo después, muchos dueños del Mundo siguen creyendo que Charles Darwin escribió sus obras para anunciarles la gloria." (Eduardo Galeano, "Escuela del Mundo al revés" 1998).

El 24 de Noviembre de 2009 se cumplirán ciento cincuenta años de lo que algún día que, lamentablemente, no parece próximo, se calificará como el nacimiento del mayor y más nefasto fraude, la más hipócrita manipulación que ningún poder haya cometido en la historia: convertir los intereses de los poderosos en “leyes científicas”.

Este año nos vamos a cansar de leer en las principales revistas científicas y en los grandes medios de comunicación narraciones como ésta: Se cumplen doscientos años del nacimiento de Charles Darwin, el gran científico al que su estancia en las Islas Galápagos durante su viaje alrededor del Mundo como naturalista a bordo del Beagle le dio la clave de su gran creación: La teoría de la evolución mediante la selección natural. Quizás les sorprenda saber que si nos molestamos en documentarnos descubriremos que, a excepción de la fecha, ni una sola de las palabras de esta narración es verdadera. Pero los datos históricos siempre han resultado muy molestos para las religiones; por cierto, ¿se han detenido a pensar a qué se parece una fuerza abstracta capaz de crear la vida, premiar y castigar y dirigir los destinos de todos los seres vivos, especialmente del Hombre? Les daré una pista con las palabras que figuran en las últimas páginas de “Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural o el mantenimiento de las razas favorecidas en la lucha por la existencia”: Y como la selección natural actúa por y para el bien de cada ser, todos los atributos corpóreos y mentales tenderán a progresar hacia la perfección.

Pero la conversión de la selección natural en poder omnímodo capaz de explicar la increíble complejidad de la Naturaleza, no fue una “creación” de Darwin. Era un rico victoriano cuyos estudios se limitaron a la titulación de “subgraduado en teología”, y al que su desocupada vida (su única actividad “laboral” era la de prestamista) le llevó, mediante la observación de ganaderos y criadores de palomas de su entorno, a la “genial idea” de que, al igual que los ganaderos seleccionan características generalmente anormales, producidas “al azar” en sus animales, en función de sus intereses, la Naturaleza seleccionaría a los seres vivos “más adecuados”. Él sólo pretendía explicarse, de una manera bastante simple, cómo una especie se podría convertir en otra. La clave de la coronación de semejante simpleza en poder universal, del “azar” y la competencia como entes rectores de la Naturaleza, está en los textos de dos de los padres de la economía liberal clásica, Herbert Spencer y Robert Malthus, cuyas respectivas máximas supervivencia del más “adecuado” y lucha por la existencia aplicadas a “sus” conceptos de la sociedad, constituyen los fundamentos “científicos” de la obra de Darwin. Tal como él mismo explica sobre su “teoría”: Es la doctrina de Malthus aplicada con multiplicada fuerza al conjunto de los reinos animal y vegetal.

No es extraño que el libro de Darwin se haya convertido en la Biblia de los poderosos. Disculpen la “espesura” de la cita textual que sigue para justificar este argumento, pero tengo que decir que la totalidad de su libro es así: “brillante”. No puede nombrarse un país en el cual todos los habitantes naturales estén ahora tan perfectamente adaptados entre sí y a las condiciones físicas en que viven, que no pudiesen todavía, algunos de ellos, estar mejor adaptados o mejorar; porque en todos los países los naturales han sido conquistados hasta tal punto por los que han tomado carta de naturaleza, que han permitido a los extranjeros tomar firme posesión de la tierra. (Capítulo IV, Selección natural, o supervivencia de los más aptos, Pág. 96).

Y esto es lo que en realidad importa. No importa el lastre científico que supone dar por explicado cualquier proceso, por complejo que sea, mediante la omnipotente selección natural. No importan las peligrosas manipulaciones (los peligrosos negocios) de los procesos biológicos con la coartada tan poco científica de que se han producido “al azar” y, por tanto, se pueden interferir también “al azar”. Lo importante es que ya no es necesaria una religión para controlar, al menos con un triste y “aplazado” consuelo, a los pueblos. Ya ni siquiera eso; el objetivo es convencer a los desheredados de la Tierra de que la Naturaleza, la vida es un infierno, y que el Mundo es para “los más aptos”. Lasciate ogne speranza.

sábado, 17 de enero de 2009

Mobbing o Acoso Laboral: el sufrimiento moral que padecen muchos adultos en el trabajo

En otro momento, hemos comentado algo acerca del llamado "acoso escolar" o "bullying", es que es un tipo de acoso moral que suelen sufrir los niños en las escuelas (de allí el nombre).

Pero el acoso moral también pueden sufrirlo los adultos; y en ese caso, adopta la forma del llamado "acoso laboral" o "mobbing", que tiene característicamentes comunes, pero también algunas diferentes, al acoso escolar.

Existen muchas definiciones de este tipo de acoso moral, pero por el momento solo citaré aquella ofrecida por Piñuel y Zabala, quienes definen el mobbing como "Un maltrato verbal y conductual continuado y frecuente en el tiempo, de al menos seis meses y que se produce cada semana; un objetivo final de fustigar, agobiar, reducir, acobardar, y romper la resistencia psicológica de la víctima para que abandone el lugar de trabajo mediante la baja, la renuncia o despido procedente; y una obligación de las víctimas de ir a un lugar de trabajo donde saben que van a ser fustigados" (definición extraída de esta página que ofrece diversos conceptos de acoso laboral)

Según los investigadores, existen una serie de causas (tanto organizacionales como individuales) que general el mobbing:

Causas organizacionales (es decir, relacionados con la empresa u organización donde se trabaja):

-Inexistencia de definición de tareas y funciones
-Abuso de poder
-Fomento de la competitividad agresiva entre compañeros
-Precariedad Laboral
-Estilo de mando autoritario
-Inexistencia de procedimientos para resolver los conflictos
-Inexistencia de códigos de conducta aceptables

Causas individuales (es decir, aquellas relacionadas con personas concretas y que no dependen directamente de la empresa a la que se pertenece)

-La voluntad de influenciar (dominar al otro)
-Rechazo a aquello que es diferente
-La envidia, los celos y la rivalidad
-El miedo ( a perder el trabajo, a no estar a la altura)
-Los secretos que es necesario proteger (fraudes, corrupción, irregularidades)

Las consecuencias de esta situación de acoso, tanto para la víctima, como para la empresa donde trabaja, son múltiples, por lo que diagnosticar debidamente este problema, y buscar medidas para evitarlo y solucionarlo debe ser una prioridad de toda organización empresarial (así como del Estado, de la sociedad, y de todos nosotros). Algunas de estas consecuencias son:

-Pérdida de la autoestima
-Nerviosismo
-Insomnio
-Enfermedades psicosmáticas
-Hipersensibilidad a la crítica (es decir, extrema sensibilidad a ser criticado o juzgado)
-Drogodependencia
-Posibles cuadros depresivos y fóbicos
-Tendencias suicidas

Como se puede ver, se trata de un problema potencialmente grave, tanto a nivel individual como social, lo que exige la aplicación de la inteligencia por parte de cualquier persona sensible a este problema, con el fin de ayudar a su prevención o solución.

¿Cómo actuar si somos víctimas de acoso laboral? Se han recomendado las siguientes medidas:

-En caso de sospechar que se está sufriendo una posible situación de acoso, por muy leve y reciente que sea, NUNCA hay que callar.
-Es necesario socializar el tema. Sobretodo NO intentar arreglar el problema uno SOLO. Hay que evitar luchar SOLO, dado que además de comportar problemas de salud puede dar la sensación de ser uno mismo el problema.
-Está PROHIBIDO sentirse culpable de ser el orígen o la razón de estar sufriendo una situación de acoso. Hay que evitar los pensamientos culpabilizadores y de desvalorización.
-Es necesario reaccionar rápidamente, buscando personas de confianza o de apoyo dentro de la empresa y empezar a recoger pruebas por escrito y de testigos.
-Nadie tiene que soportar abusos, calúmnias ni acosos de ningún tipo.
-Hay que buscar apoyo psicológico y aprender técnicas de afrontamiento y de relajación a fin de poder afrontar el problema con más fuerza y poder ganar el proceso sin sufrir problemas importantes de salud.
-Es necesario considerar la posibilidad de contactar con las asociaciones de afectados para recibir apoyo emocional, asesoramiento legal y/o ayuda psicológica.
-Como último recurso se puede presentar una denúncia a la Autoridad laboral o a los juzgados

Tomar conciencia de la existencia de este problema, de sus características, sus causas, sus modos de manifestación y sus posibles soluciones, es el primer paso para abordar adecuadamente tanto la prevención como la resolución de situaciones de posibles acosos morales en el trabajo.

Algunas páginas recomendadas sobre acoso laboral son esta y esta otra.

A continuación, les dejo unos videos en español sobre el acoso laboral o mobbing que espero sean de interés para muchos de los lectores de este blog:








Adrian Monk: el detective de TV y el transtorno obsesivo compulsivo o TOC



Monk es una serie de TV que relata la historia de un detective, llamado Adrian Monk, quien trabajando para Departamento de Policía de San Francisco tuvo que vivir la experiencia del asesinato de su esposa (un crimen que todavía está sin resolver), lo que le produjo un grave desarreglo psicológico manifestado en obsesiones, manías y fobias (a los gérmenes, a las alturas, a la leche, a las multitudes...), lo que eventualmente provocó su despido del Departamente, aunque extra-orficialmente los sigue asesorando.

La serie es bastante amena y agradable, y las actitudes de Monk son causa frecuente de gracia y hasta de risa (aunque conozco mucha gente que le desagrada su forma de ser). Pero como detective, es casi infalible, ya que ha resuelto todos los casos que se le han presentado (excepto el de su mujer...), pudiendo ser considerado como uno de los mejores detectives que han existido (en el mundo de la TV, claro...)

Pero lo que me gustaría destacar aquí es que Monk sufre, aparentemente debido a la muerte de su mujer, de un trastorno médico conocido como trastorno obsesivo compulsivo. (TOC) De acuerdo a este portal de medicina (de la Universidad de Virginia), esta dolencia es un "trastorno de ansiedad en el que las personas que lo padecen tienen pensamientos, temores o preocupaciones irracionales que tratan de superar mediante una actividad ritual. Las imágenes o los pensamientos perturbadores y frecuentes se denominan obsesiones y los rituales repetidos que se llevan a cabo para evitarlos o disiparlos se llaman compulsiones"

Se trata pues de un trastorno de ansiedad (que incluye temores y preocupaciones sin justificación racional) que manifiesta pensamientos angustiantes (obsesiones) que tratan de evitarse o resolverse mediante una serie de acciones o conductas (compulsiones).

Yo he conocido a dos personas con este trastorno. Una de ellas tenía como manifestación de TOC el no salir de casa sin haberse lavado las manos al menos 43 veces. Esto hacía que a veces se retrasara cuando tenía una cita o había quedado en reunirse con alguien.

Otra persona que conozco y que padece de TOC tiene como obsesión el manda un correo electrónico antes de irse a dormir (a veces, se lo manda a sí misma).

Estas personas son aparentemente normales, excepto por ese tipo de conductas extrañas o excéntricas que tiene una clara base médica.

Existen tratamientos efectivos para el TOC, algo que debería consultarse con psicólogos clínicos especializados en los trastornos de ansiedad.

El Dr.Jeffrey Schwartz, un neurocientífico de la escuela de medicina de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), ha desarrollado una serie de pasos a seguir para el tratamiento sistemático del TOC. También ha escrito un libro Brain Lock: Free Yourself from Obsessive-Compulsive Behavior, donde expone en detalle su método.

Las personas que padezcan de TOC, o que sean familiares de pacientes con TOC, deberían buscar ayuda profesional con especialistas en trastornos de ansiedad. Hay soluciones eficaces para esta dolencia, y vale la pena intentarlas.

A continuación les dejo unos videos en español referidos al TOC así como dos videos en inglés donde se entrevista al Dr.Jeffrey Schwartz sobre sus investigaciones y tratamiento de este trastorno: